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ECOLOGÍA

La conferencía de la Antártida concluye sin un acuerdo concreto sobre su explotación minera

La XI Reunión Especial del Tratado Antártico concluyó ayer en Viña del Mar (Chile) sin que los 38 países asistentes se pusieran de acuerdo en el tema más candente de la reunión: la prohibición definitiva o temporal de la explotación de los recursos minerales antárticos. Sin embargo, los delegados redactaron un informe que servirá de base para llegar a un consenso en una próxima reunión que se celebrará en España en abril de 1991.

El documento final con que concluyó la reunión establece textualmente en su artículo 6: "Toda actividad relacionada con los recursos minerales, que no sea la investigación científica, será prohibida...". Los puntos suspensivos finales significan que todavía no hay acuerdo sobre la prolongación que tendrá la prohibición. Dos opciones están aún en suspenso: una moratoria por 30 años o para siempre.Los acuerdos a que llegó la reunión fueron positivamente valorados por el presidente de la delegación española, Carlos Blasco, director general de Relaciones Económicas Internacionales. "Se ha avanzado en forma notable en el consenso y existe un documento base válido para seguir negociando", afirmó Blasco. Una declaración de la organización ecologista Greenpeace sostuvo al término de la reunión que hubo avances, pero insuficientes todavía para garantizar que "la Antártida siga como el último continente puro".

Andrea Figari, de Greenpeace de América Latina, lamentó que en las discusiones, por la oposición de algunos países contra la opinión de la mayoría, no se haya logrado "la voluntad política" que asegure la permanencia de la Antártida como una tierra sin actividad minera.

El texto final de la reunión, propuesto por Noruega, reuniendo partes diferentes de cada una de las cuatro propuestas analizadas en Viña del Mar, se titula Protocolo sobre la protección del medio ambiente antártico, pero no es un instrumento jurídico vinculante, sino sólo una propuesta para continuar el diálogo en Madrid.

Reserva para la paz

Según el presidente de la conferencia, el chileno Ócar Pinochet de la Barra, la negociación seguirá en tomo a la fórmula que puede dejar contentos a todos: "Una prohibición para explotar los minerales, que puede ser revisada en el futuro".Para Pinochet de la Barra la reunión fue "un éxito". De los cuatro proyectos de resolución con que comenzaron las reuniones, llegamos a un borrador que servirá de base para las futuras deliberaciones", sostuvo. El documento establece que la Antártida será una reserva natural dedicada a la ciencia y a la paz. Fija también el principio de que la actividad científica o turística no debe alterar el medio ambiente terrestre, marino o flora y fauna antárticas.

Hubo acuerdo entre los 38 países asistentes a la reunión para evaluar y verificar el cumplimiento de los propósitos diseñados en las actividades científicas. Asimismo, los países del Tratado Antártico formarán una secretaría general y un comité permanente o consultivo para su control.

Las propuestas para proteger el medio ambiente antártico de Australia y Francia, con el apoyo de Bélgica e Italia, y la de Nueva Zelanda, pedía una prohibición permanente de la minería en ese continente. Estados Unidos y Reino Unido, en cambio, dejaban abierta en sus posibilidades la posibilidad futura de explotación minera, según las organizaciones ambientalistas.

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