Una clase de mujer

La dimisión de Margaret Thatcher acaba con una era extraordinaria en las relaciones anglonorteamericanas. Nunca hubo un primer ministro británico tan digno de confianza ni tan fiel, ni siquiera Winston Churchill.(...)Margaret Thatcher quizá haya sido demasiado pro-americana. ( ... ) Incómoda, personal y políticamente, con los europeos, es una atlantista que adora la iniciativa norteamericana, la creatividad y el libre mercado. Respeta la fuerza y la tradición democrática estadounidenses, y así lo ha demostrado. Los norteamericanos le han correspondido: año tras año ha figurado en las listas de mujeres más admiradas.

Ronald Reagan fue su álter ego, ideológicamente hablando. ( ... ) Aunque ella nunca le criticó públiciimente, estaba preocupada porsu ignorancia en pormenores polílicos y por la astucia de Gorbachov. Entonces, Thatcher, hábilmente, se convirtió en la interlocijtora entre Washington y Moscú.

George Bush admira a Thatcher, pero no la necesitaba. ( ... ) Durante más de un año, la Casa Blanca se ha estado preparando para un nuevo inquilino del número 10 de Downing Street. ( ... ) Kinnock no es del gusto de Bush, y en privado, éste espera que los conservadores permanezcan en el poder. Aunque la ha alabado efusivamente y la echará de menos, a Bush no le ha perturbado la pil:rdida de su mejor amiga al otro lado del océano. Muchos norteamericanos no sienten lo misilio.

2 de diciembre