La Generalitat conocía desde 1987 la existencia de vigas de cemento defectuoso en miles de viviendas
La Generalitat de Cataluña conocía, al menos desde el año 1987, la existencia de vigas de cemento aluminoso, con el consiguiente riesgo de derrumbe, en un gran número de viviendas de la citada comunidad, construidas entre 1950 y 1970, en pleno auge inmobiliario.En la primavera de 1987, los colegios de arquitectos y aparejadores de Cataluña organizaron seminarios en seis ciudades (Barcelona, Lérida, Tarragona, Gerona, Vic y Tortosa) para informar a sus afiliados sobre la degradación que pueden sufrir estas vigas cuando están expuestas al calor y a la humedad.
Concluidos estos seminaríos, ambos colegios profesionales se dirigieron por escrito a todos los arquitectos y aparejadores de Cataluña informándoles de la gravedad del problema. La comunicación incluía una normativa de nueve puntos que, entre otras cosas, recomendaba efectuar inspecciones cada cinco años.
Los dos colegios trasladaron sus conclusiones a la Dirección General de Arquitectura y Vivienda de la Generalitat, titular de las competencias sobre vivienda. En aquel momento, los responsables de la Administración autonómica consideraron "suficiente" que los arquitectos y aparejadores conocieran el riesgo que entrañan las vigas de cemento aluminoso, y no adoptaron ninguna otra medida preventiva ni correctora. Tres años después, la Generalítat ha anunciado oficialmente esta semana su decisión de elaborar un censo del número de viviendas construidas entre 1950 y 1970 con vigas de cemento aluminoso para, posteriormente, poner en marcha una campaña de información a sus propietarios. La Administración autonómica estima que unas 100.000 viviendas catalanas pueden tener este material defectuoso en sus estructuras.
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