40 millones de osos
Dejemos correr nuestra imaginación. Vamos a suponer que en España existen 40 millones de osos y nosotros tan sólo somos unos pocos seres humanos. Sería lícito, si no aconsejable, emprenderla a tiros con ellos, al objeto de asegurar nuestra supervivencia en la medida en que esto fuera posible.Olvidemos este extremo y pensemos por una vez que en España, simplemente, hay muchos osos. Se meten en nuestras casas; los encuentras en la despensa devorando nuestros tarros de miel, y de noche, cuando te metes en la cama y tratas infructuosamente de hacerte sitio, descubres que lo de al lado no es tu compañera, sino un enorme ejemplar de oso pardo en trance de iniciar su invernal estado de hibernación. Tendríamos que hacer algo también en este caso porque, ¿quién quiere acostarse todas las noche con un oso?
Finalmente, un último supuesto: somos 40 millones de españoles (seres humanos) y unos cuantos osos desperdigados por aquí y por allá. ¿Qué podemos hacer para acabar con esta insostenible situación? Es muy sencillo: matarlos, liarnos a tiros sin más, que esto no se puede aguantar. Sería demasiado oneroso que uno de nuestros viriles y cultos cazadores no pudiera pasearse por nuestros bosques sin encontrarse cada 500 kilómetros con uno de ellos. Sencillamente, insostenible. Además, ¿qué mejor recuerdo para nuestro álbum familiar que esa lamentable fotografía en la que con sonriente expresión de descerebrados sostenemos las zarpas de un triste cadáver de oso que con su lengua fuera esboza sin quererlo la mueca burlona más vil que se pueda dirigir a cualquier forma de vida?.-
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