Menos plomo
Los vehículos de gasolina son los que provocan las emisiones de metal pesado a la atmósfera
Cuando el plomo fue añadido por vez primera a la gasolina en tiempos de la I Guerra Mundial, como antidetonante y para lubrificar las válvulas, el mundo no dudó en calificar el hecho como el nuevo "milagro de la ciencia". Tres cuartos de siglo más tarde lo que estamos en realidad comprobando es que este milagro está asfixiándonos a todos en polvo de plomo, especialmente a los habitantes de las grandes ciudades. Uno de los contaminante más ubicuos, el plomo, es un elemento terrible que no se desintegra de manera natural cuando retorna al ambiente. Entre sus consecuencias perniciosas, los estudios científicos demuestran que daña al cerebro y al sistema nervioso central, "especialmente en niños y mujeres embarazadas".Veneno en la atmósfera
El plomo atmosférico también resulta muy venenoso para la vida silvestre, con especial incidencia en aves y peces. Si tenemos en cuenta que el 40% de la producción mundial de plomo se está utilizando para fabricar aditivos en los combustibles, un veneno que se depositará después junto a nuestras calles y carreteras, nuestra única manera de enfrentarnos individual y colectivamente a sus peligros es a través del correcto uso de nuestros vehículos. En Madrid, prácticamente la totalidad de las emisiones por plomo a la atmósfera están originadas por el funcionamiento de los vehículos equipados con motor de gasolina.
"La introducción de la gasolina sin plomo en nuestros hábitos automovilísticos es urgente. Vamos atrasados respecto a Europa", afirma Yolanda González, en la sede de la FAT. "Pero sólo así podremos frenar el actual estado de cosas". En Nueva York, al reducir a la mitad el consumo de gasolina con plomo, las autoridades sanitarias comprobaron que los niveles de plomo en la sangre descendieron en un 37% en la media de los ciudadanos. La normativa de la CE determinó la obligación para sus países miembros de poner gasolina sin plomo al alcance de sus consumidores a partir del 1 de octubre de 1989. Además, en octubre de 1990, todos los vehículos con más de 2.000 centímetros cúbicos tienen la obligación de estar provistos de catalizador o filtro.
El 1 de enero de 1993 será la fecha tope para el uso generalizado de este tipo de coches más ecológicos en la CE, algo que ya viene ocurriendo en EE UU y Japón desde hace años. En Alemania está prohibida desde febrero de 1988 la súper sin plomo.
En España, la gasolina sin plomo es unas dos pesetas más barata que la súper. Según datos de Campsa, tan sólo el 21,7% de las estaciones de servicio están preparadas para suministrar gasolina ecológica, principalmente concentradas en Barcelona, la fachada mediterránea, y Madrid.
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