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¿Aberración constitucional?

La inaudita fiscalización electoral de un primer ministro en ejercicio ha generado un debate académico en el Reino Unido sobre la constitucionalidad de la medida y sus consecuencias en la vida política de la nación.

El constitucionalista lord St. John of Fawsley ha calificado la justa de aberración constitucional.

Al contrario que los laboristas, que no tienen reglamentada la sustitución de su líder, los conservadores perfilaron hace un cuarto de siglo normas para poner en tela de juicio anual a su líder.

La idea no fue concebida para deshacerse de un primer ministro en ejercicio, sino para dejar en la calle a un líder poco prometedor, y tal fue el caso de la votación de 1975, cuando Edward Heath cayó ante Margaret Thatcher después de acumular tres derrotas en sendas elecciones generales frente a los laboristas.

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Heath había sido el primer líder elegido por los parlamentarios conservadores, quienes con anterioridad habían debido conformarse con asentir al candidato que había emergido del llamado círculo mágico formado por ministros y altos dirigentes del aparato tory.

Lord St. John estima que esta elección ignora el principio básico de que el primer ministro sólo puede ser destituido por votación del conjunto de la Cámara de los Comunes.

En teoría, Margaret Thatcher podría perder la votación por el liderazgo partidista y resistirse a abandonar la jefatura del Gobierno, decisión para la que contaría con sustento legal.

La soberana, que ha de nombrar primer ministro al líder del partido que cuenta con una mayoría clara en la Cámara de los Comunes, se vería en la tesitura de tener que intervenir en el debate político.

La elección ha producido jirones en el Partido Conservador, y los parlamentarios ya están hablando de reformar el vigente proceso electoral para hacer más difícil el desafío a un primer ministro en ejercicio.

Una de las ideas propuestas ahora es que el aspirante a líder conservador sea presentado con el aval previo del 10%, de los parlamentarios y no sólo con dos firmas, como requieren las actuales normas.

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