"La censura de hoy se encuentra en la autocensura", dice el director teatral Albert Boadella
El grupo Els Joglars estrena en Madrid su último montaje, 'Columbi lapsus'
"La censura de este momento está en la autocensura de los autores", dijo ayer Albert Boadella en la presentación en Madrid de su espectáculo Columbi Lapsus, creación de Els Joglars a partir de El barbero de Sevilla y el corto pontificado de Juan Pablo I. La obra no se había representado en Madrid al retirar el gobierno municipal de Rodríguez Sahagún la cesión del Centro Cultural de la Villa de Madrid. Els Joglars preparan una obra inspirada en el mestizaje hispano-americano y una serie de televisión como Corrupción en Miami, en la que los delincuentes son "los pesados, los plastas".
Columbi lapsus es la versión latina de la frase que supuestamente pronunció el cardenal Marcinkus -"ha sido un lapsus de la paloma"-, al término del cónclave en el que resultó elegido el arzobispo de Venecia, Albino Luciani, que subió el 27 de agosto de 1978 al solio pontificio con el nombre de Juan Pablo I y murió 33 días después. "Nosotros tenemos la teoría de que quiso morirse al ver su entorno en el Vaticano", dijo Boadella. "Era un hombre honrado, sencillo e inteligente, que al ver lo que le rodeaba, y ante la imposibilidad de suicidarse, pues se lo impedía su religión, de la que era un verdadero creyente, quiso morirse. Y se murió". Boadella aludió igualmente a los muchos rumores que rodearon esta muerte.Sin dientes
Este es un viejo tema dramático, explicó Boadella: en esencia, "la imposibilidad de permanencia en el poder de quien no tiene los dientes suficientemente afilados". Ante los posibles reproches de oportunismo que se le puedan hacer, pues la obra habla también de la elección de un Papa polaco para hacer saltar los acuerdos de Yalta, Boadella precisó que por alguna mágica casualidad todo ello estaba antes en la obra. "En estos momentos, como tenemos el muy importante tema de los condones, no creo que vayamos a ser el chivo expiatorio durante un tiempo", comentó Boadella.
Según dijo, la jerarquía de la Iglesia católica parece haber aprendido que los anatemas y condenas contra las obras blasfemas, desde su punto de vista, de Els Joglars, sólo logran multiplicar la publicidad. Así lo reconocieron los propios Joglars cuando le enviaron un cheque por 25.000 pesetas al arzobispo de Santiago de Compostela, que con sus condenas había logrado doblar el número de espectadores de la polémica Teledeum. El cheque fue devuelto con el consejo de que fuera entregado a la parroquia de Els Joglars. Por lo demás, "a cualquier cristiano sincero Columbi lapsus le tiene que entusiasmar", aseguró Boadella.
La Iglesia sigue siendo un gran poder, al serlo espiritual, dijo Boadella, para quien en España no existe ahora mismo una censura sino, más bien, una autocensura de los autores, que dependen de subvenciones para montar sus espectáculos; algo que no afecta demasiado a Els pues el porcentaje de las subvenciones en sus ingresos es bajo.
Sigue existiendo algún tema "intocable", como la Monarquía. "No por órdenes directas de la Zarzuela", comentó Albert Boadella, "sino porque de inmediato se produciría un consenso de todos los partidos contra el desgraciado que se atreviera a tocarla".
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