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6.000 personas se manifestaron ayer contra el racismo y a favor de los inmigrantes

Elsa Fernández-Santos

Unas 6.000 personas se manifestaron ayer en Madrid contra el racismo y la ley de extranjería y por los derechos de los inmigrantes y refugiados en España. A las doce de la mañana salía de la glorieta de Cuatro Caminos la manifestación; a la cabeza, una veintena de africanos portaban una gran pancarta que decía: "Exigimos soluciones ya". La mayoría de los manifestantes eran inmigrantes africanos y suramericanos.

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Entre los manifestantes se encontraban cientos de madrileños solidarios con el acontecimiento, además de los representantes de las casi 50 organizaciones de todo el país que habían convocado la movilización. Durante dos horas recorrieron, sin ningún incidente, discretamente vigilados y protegidos por la policía, la calle de Bravo Murillo hasta la plaza de la Remonta, donde terminó el acto con la lectura de un comunicado que resumía las reivindicaciones de la marcha.El senegalés Chemekh Moumik era uno de los africanos que encabezaron desde las doce de la mañana la manifestación de ayer. Vive desde hace dos años y medio en Mataró (Barcelona) y vino a Madrid con sus compañeros para asistir a la manifestación.

Momik, pintor de brocha gorda, decía ayer algo exaltado que nunca pensó que venir a trabajar a España iba a ser un mal trago. "Fuera se oyen maravillas sobre venir a trabajar a España, pero desde que llegué me he encontrado con un calvario. En la ciudad de Senegal donde vivo lo hacen también unos 500 españoles y nadie se ha quejado jamás", explicaba.

Este senegalés pertenece a la asociación Jama Kafo, una de las 50 organizaciones sociales, vecinales, sindicales y religiosas que participaron en la marcha para reivindicar los derechos de los inmigrantes y refugiados y protestar contra el racismo.

Los gritos más fuertes que se corearon durante los casi dos kilómetros de la calle de Bravo Murillo por donde transcurrió la marcha fueron: "La ley de extranjería es una porquería", "los inmigrantes no son maleantes", "pedimos igualdad y no caridad", "soluciones sí, expulsiones no". Entre grito y grito, en el centro de la manifestación un grupo de colombianos y otro de perunanos bailaban y cantaban al son de flautas y tambores. El grupo de peruanos portaba una pancarta que sorprendió en esta marcha antirracista. Decía: "¡Fuera yankis de Perú! Viva la guerra popular". "Nosotros planteamos esta opción porque es la invasión norteamericana en Latinoamérica la que ha provocado que tantos suramericanos tengan que venir a España a encontrar un trabajo digno", declaró uno de los peruanos.

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Monjas y filipinos

Entre los manifestantes había monjas, familias madrileñas, jóvenes izquierdistas, magrebíes, filipinos, portugueses y suramericanas, como Emilia, una colombiana de 23 años que trabaja limpiando en una casa de la calle de Pío XII. Junto a otras colegas de Colombia, Chile y Santo Domingo, que también trabajan limpiando, portaba una pancarta que reivindicaba derechos para las trabajadoras hispanoamericanas. Manuel Cámara, de Gambia, de 33 años, de los cuales lleva ocho en España, declaró: "Si me llamo Manolo tengo menos problemas. He vivido cuatro años en Barcelona y lo he pasado mal", dice en un castellano perfecto. "No me han dejado entrar en muchos sitios... los últimos años he estado en el pueblo Cubas de la Sagra, de la Comunidad de Madrid. Trabajo en el campo y el trato no es mejor que en la ciudad", añade.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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