El pelo de un perro permite localizar al asesino del carnicero
José Huertas Benítez, de 45 años, un peligroso delincuente evadido de la cárcel de Alcalá-Meco, ha sido detenido como presunto homicida del carnicero José María Castro Rubio, ocurrido hace ocho días en un atraco. Los cuatro encubridores e inductores del delito -entre los que se encuentran dos hermanos de un compañero de la víctima- fueron descubiertos a partir de la inspección del coche que utilizaron para huir, donde se hallaron pelos de un perro, lo que facilitó a la policía la pista final.
Todo comenzó el sábado 10 de noviembre a las 14.45. José María Castro, de 33 años, se disponía a bajar la persiana metálica de la carnicería donde trabajaba, en la calle del General Pardiñas, para regresar a su domicilio de Coslada. En ese momento se acercó un hombre armado que reclamó la recaudación del día. Castro le respondió golpeándole en la barbilla con el codo. El atracador, mientras caía al suelo, disparó dos veces con un revólver del calibre 38.
El homicida corrió hacia la cercana esquina de la calle de Maldonado y se hundió en el asiento de un Talbot Horizon rojo donde le esperaba su cómplice. El coche se encontró calcinado horas después en un descampado del barrio de Orcasur. El Grupo Antiatracos de la Brigada Judicial comenzó a actuar.
De la inspección ocular del vehículo se extrajeron las primeras conclusiones. El coche no había sido forzado ni tenía denuncia de sustracción pendiente. Un dato valioso si se unía a la sospecha de que el atracador debía tener un contacto cercano a la carnicería, ya que posiblemente conocía que ese sábado habría una jugosa recaudación. La policía también encontró en un asiento del coche pelos de un animal, según el dictamen pericial.
11 hermanos
Los datos obtenidos en un concesionario de automóviles de Getafe permitieron atar cabos. El vehículo, de segunda mano, había sido adquirido por Julián Díaz Ruiz, de 25 años, empleado en una pescadería de la calle de Maldonado cercana al local del carnicero asesinado y perteneciente a la misma cadena comercial.
Julián, según comprobó posteriormente la policía, facilitó información a los atracadores y prestó el vehículo a uno de sus 10 hermanos: Antonio Díaz Ruiz, de 21 años, que iba al volante. Julián, como presunto inductor, y Antonio, como cómplice, fueron detenidos. Ambos carecen de antecedentes.
Se da la circunstancia de que otro de los numerosos hermanos Díaz Ruiz era compañero de trabajo del carnicero asesinado, aunque, según la policía, no está relacionado con el delito.
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El presunto asesino se había fugado de la cárcel de Alcalá
Viene de la página 1Para localizar al autor de los disparos, el Grupo Antiatracos estrechó la vigilancia en el barrio donde apareció el coche. Allí comprobó que Óscar Pérez Mota, de 46 años, con dos antecedentes policiales, paseaba un perro cuyo pelaje coincidía con el encontrado en el vehículo.
En el domicilio de Pérez Mota, en la calle de Santa María Reina, se localizó a Huertas Benítez y el arma homicida, un revólver Llama, del calibre 38, con el número de serie borrado. La policía encontró otra arma del calibre 22 y una placa de la policía venezolana sobre la que se montó un escudo de la española.
Huertas tenía pendiente una orden de búsqueda y captura por quebrantamiento de condena, ya que aprovechó un permiso para fugarse de Alcalá-Meco. Pérez Mota y su compañera, María Luisa Yagüe, de 28 años, fueron detenidos por encubridores.
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