Bush envía refuerzos al Golfo, dispuestos para un ataque militar
El presidente norteamericano, George Bush, decidió ayer jugar la que puede ser su penúltima baza antes de la intervención militar en el golfo Pérsico, con el envío de un importante contingente adicional dispuesto a atacar Irak si la presión económica no consigue que Sadam Husein se retire de Kuwait. Aunque Bush no quiso precisar el número exacto de tropas que de inmediato serán enviadas a la zona, diversas fuentes hablaban de 100.000 hombres.
En la conferencia de prensa para anunciar las nuevas medidas, el presidente de Estados Unidos reveló un dato significativo sobre el eventual apoyo de la Unión Soviética a una acción militar norteamericana. Se refirió Bush a una conversación telefónica con el secretario de Estado, James Baker, que se encuentra en Moscú, quien le había comunicado: "Los soviéticos están en nuestra misma longitud de onda". Pocas horas antes, Edvard Shevardnadze, ministro de Asuntos Exteriores de la URSS, que mantuvo varias entrevistas con Baker, había admitido el uso de la fuerza contra Irak si fracasaban los medios pacíficos.La referencia específica de Bush a una acción ofensiva significa un cambio radical de la estrategia militar norteamericana, basada hasta ahora en lo que se definía exclusivamente como despliegue defensivo de sus tropas para repeler una eventual agresión iraquí contra Arabia Saudí u otros países del Golfo.
El presidente norteamericano anunció la posibilidad de que los países que participan en la coalición contra Irak aumenten también el número de efectivos en la zona.
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