Visiones de tramoya sobre un papel
En el Albéniz se exhibe una muestra de carteles de teatro
Los carteles de teatro que se exponen desde hace días en la segunda planta del teatro Albéniz, en Madrid, esconden bajo sus símbolos el trabajo que pintores como Joan Miró, Antonio Saura, Frederic Amat o José Guerrero han dedicado al mundo del teatro. Junto a ellos, obras de especialistas como Alberto Corazón o de humoristas como Mingote. La muestra, pequeña y poco exhaustiva, permanecerá hasta finales de mes. El objetivo es, como decía Cassandre en los años treinta, que el cartel sea un golpe para los ojos.
Los primeros anuncios fueron largas tiras de papel pegadas en las hornacinas de las fachadas de los teatros, tapias, calles y plazas. Explicaban que, por cinco pesetas la butaca, se podía ver Las mujeres decentes o Una chica ultramoderna. En los cincuenta se incluyeron fotografías de los principales intérpretes pero es, a partir de los años sesenta, cuando el cartelismo se pone de moda y cambia de fisonomía.El pintor Frederic Amat sólo los diseña cuando el tema le interesa. Uno de sus trabajos está expuesto en el teatro Albéniz, el que realizó para el montaje de Lluís Pasqual sobre la obra de García Lorca El público. "Mi cartel parece un sombrero de copa rojo, pero no lo es. Es una cortina teatral en un espacio azul", aclara. "Es un comentario al espíritu de la obra. Para mí el cartel es una síntesis plástica de lo que puede ser el montaje teatral. Como reto pictórico me interesa porque es crear una imagen que evc,que una obra teatral".
El cartelista Alberto Corazón, que ha realizado series para el Centro Dramático Nacional y para el Teatro Clásico, señala lo importante que es no olvidar el carácter urbano del cartel. "La idea originaria es que el cartel es para la calle, y esto está desapareciendo. Debe dirigirse a todo el mundo, sin olvidar que el medio urbano se ha vuelto más complejo al acumular gran cantidad de signo!, por ello además de tener características evocadoras, el anuncio debe tener una disciplina gráfica que obligue al ciudadano a detenerse ante él. Es el viejo lema del cartelista de los años treinta Cassandre: El cartel debe ser un como un' golpe sobre los ojos".
Escasez
El director de escena Francisco Nieva también ha diseñado carteles como el que realizó para su obra El baile de los ardientes. "No soy especialista, pero me gusta. El cartel es muy importante para la promoción del título. Debe tener una imagen que atraiga hacia lo que está escrito sobre ella". "La exposición que ahora está en el Albéniz se queda corta, pero tampoco hay material para más, muchos se han perdido".En la muestra están desde el que.diseñó Roberto Turégano para el Hamlet de José Carlos Plaza, aún en las calles, hasta el que realizó Saura para anunciar la obra de Alberti El adefesio, estrenada en 1977.
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