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La ofrenda secreta del emperador Akihito

Una ceremonia de comunión entre hombre y diosa reabre la polémica celestial en Japón

El daiyosai, una secreta y milenaria ofrenda de alimentos a los dioses, que Akihito deberá efectuar en la noche del 22 y la madrugada del 23 de noviembre, 10 días después de que haya ascendido formalmente al trono del Crisantemo, ha reavivado el debate intelectual sobre la personalidad del emperador de Japón. ¡Es o no un ente divino? ¿Realiza o no una simulación del acto sexual con la diosa del Sol, Amaterasu Omikami? La polémica está en el aire desde que el extinto emperador Hirohito renunció a su condición divina tras la II Guerra Mundial.

No se ha precisado la hora exacta en que se produciría la comunicación entre Akihito y Amaterasu. "No hay un momento determinado", dijo un alto funcionario a un periodista alemán. Un norteamericano, más atrevido, quiso saber si Akihito saldría cambiado tras la cita divina. No, contestó el funcionario. Sin embargo, un miembro del Gabinete dijo sin pestañear meses atrás que no pedía confirmar si el emperador adquiriría o no naturaleza divina una vez realizado s los ritos del daiyosai. El Parlamento, aturdido por las variadas teorías que existen en torno al daiyosai, preguntó a palacio no hace mucho si Akihito se acostará o no con la diosa primitiva en el shinza, un diván que se halla en cada una de las dos cabañas-templo (yukiden y subden) erigidas junto a una treintena de cubículos que forman parte de un laberíntico complejo que ha sido especialmente construido, y que posteriormente será demolido, para la ceremonia del daiyosai en los jardines del lado oriental del palacio imperial. "No, el emperador no toca en ningún momento el shinza ni tampoco otro taburete más pequeño colocado para el reposo divino", fue la contestación.Toda esta inquietud sobre el significado de esta ceremonia es debida al enorme secreto con que ha sido preservada desde que comenzó, hace más de 13 siglos (entre 1440 y 1660 no se celebró por guerras y penurias económicas). No hay documento escrito sobre el momento cumbre del rito, el encuentro del emperador con los dioses, y sólo hay versiones no completas que fueron recogidas por maestros de ceremonias y otros ayudantes, de las que han nacido múltiples interpretaciones, entre otras que el emperador simula el. acto sexual con la diosa del Sol. Según la última versión oficial, el emperador realiza tres veces una ofrenda de arroz, pescado crudo, frutos secos y sake (licor de arroz) en cada uno de los templos construidos para la ocasión, y luego participa del alimento para expresar a los dioses gratitud por la cosecha y hacer votos por la paz del pueblo japonés. Primero lo hace en el yukiden, aproximademente entre las siete y las ocho de la tarde, y luego en el sukiden, entre la una y las dos de la madrugada del día siguiente. Tiene como únicos testigos a dos mujeres, sobre las que la casa imperial se ha limitado a explicar que sirven de ayudantes para trasladar la comida de unas cocinas adyacentes. En una antecámara ocupan lugar varios maestros de, ceremonias.

Leyenda y vírgenes

Algunas leyendas señalan que, en el pasado, las dos mujeres ayudantes debían ser hijas vírgenes de los gobernadores de las dos prefecturas de donde procede el arroz o sacerdotisas de Kyoto, la antigua capital imperial. La emperatriz y todos los miembros de la familia imperial asisten al rito desde otro de los módulos levantados en el jardín, y en un punto más alejado, casi un millar de personalidades exclusivamente japonesas. El Gobierno decidió no invitar a esta función a los dignatarios extranjeros (asistirán a los actos de la coronación los días 12 y 13) para no complicar más su delicada y contradictoria postura ante las protestas de quienes afirman que esta celebración viola la separación de poderes entre Iglesia y Estado contemplada en la vigente Constitución, redactada en 1947 al dictado norteamericano. El daiyosai se desarrollará como una ceremonia semiprivada organizada por la casa imperial, pero financiada por el erario público (costará unos 2.000 millones de yenes).

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El daiyosai procede de una fiesta popular más antigua (el shinyosai) con la que el pueblo agradecía a los dioses los frutos de la cosecha. El shinyosai continúa celebrándose todos los años tras la recolección, pero el daiyosai sólo se realiza cuando un emperador asciende al trono. Siempre ha sido considerada como una ceremonia religiosa median te la cual el emperador adquiría naturaleza divina o sagrada, y sólo después de realizarla se convertía en verdadero emperador. La casa imperial sostiene ahora que no es imprescindible, el rito para convertirse en emperador, y lógicamente tampoco llega a decir que el emperador se transforma en una divinidad humana (Hirohito renunció a ello en 1946). Pero los textos antiguos sobre el daiyosai subrayan la transformación divina del emperador tras entrar en contacto con Amaterasu y los demás ancestros. Los dioses en el sintoísmo no tienen, de todos modos, la trascendencia que en otras religiones, y son vistos como entes superiores cuasi humanos. Los emperadores son, en realidad, llamados tenno, algo así como señores celestiales.

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