Gorbachov y Yeltsin hacen las paces en el aniversario de la revolución bolchevique
Los dos hombres clave de la política soviética, el presidente de la URSS Mijaíl Gorbachov y el presidente del Parlamento de Rusia, Borís Yeltsin, se pusieron de acuerdo ayer, víspera del conflictivo aniversario de la revolución bolchevique, en reanudar su relaciones deterioradas por las divergencias económicas con una reunión el próximo 11 de noviembre.El reencuentro entre Gorbachov y Yeltsin se produjo ayer en el Palacio de Congresos del Kremlin durante la sesión de gala dedicada a conmemorar el 73º aniversario de la revolución. Ambos políticos compartían la tribuna presidencial del acto que, a diferencia de años anteriores, se caracterizó por un tono estatal en detrimento del protagonismo del Partido Comunista de la URSS (PCUS).
En esta ocasión no hubo un orador único miembro de la dirección comunista, sino varios representantes de diversos sectores sociales. Uno de ellos, el diputado soviético Leonid Bliznov, exhortó a Gorbachov y a Yeltsin a recuperar el entendimiento que a fines de verano sirvió de base para la elaboración de un programa económico común. "Poco queda de aquéllo", dijo Bliznov, según el cual el alejamiento de ambos líderes "merma la popularidad de ambos".
Al acabar el acto, Gorbachov se acercó a Borís Yeltsin y ambos se dieron la mano ostentosamente, en un gesto interpretado por los observadores como un nuevo intento de lograr un consenso político. "Reaccioné inmediatamente y ahora nos hemos puesto de acuerdo en reunirnos el 11 de noviembre", dijo Yeltsin al salir de la sala.
En la mesa presidencial había estado no sólo Yeltsin, sino también Gavril Popov, el alcalde de Moscú. Tal presencia, motivada tal vez por el miedo a posibles enfrentamientos en el día de hoy, suponía de hecho un llamamiento implícito al consenso entre las diversas fuerzas políticas.
Yesltsin y Popoy, asistirán hoy, en contra de lo esperado, al desfile militar de la Plaza Roja y después a la manifestación alternativa que concluirá junto a la casa del fallecido Andrei Sajarov, premio Nobel de la Paz. Esta decisión fue anunciada anoche en la televisión por Popov, que se desmarcó de la tercera manifestación convocada en Moscú, la más radical de todas.
La celebración de los tradicionales desfiles militares del 7 de noviembre ha dividido a la opinión pública soviética. En Moscú, se han convocado tres manifestaciones distintas. La primera de ellas, convocada por el PCUS, es la manifestación oficial en la Plaza Roja tras el desfile militar La segunda ha sido organizada por Rusia Democrática, la coalición de oposición de más envergadura surgida en la mayor república soviética, y la tercera, por un grupo de diputados radicales entre los que están los ex fiscales de Instrucción Telman Gdlian y Nikolai Ivanov y el ex general del Comité de Seguridad del Estado (KGB) Oleg Kaluguin. La agencia soviética Tass presentaba la convocatoria de estas dos últimas manifestaciones como una muestra del "cisma que se perfila en las filas de la oposición".
Las tensiones entre moderados y radicales se advirtieron en el Congreso Constituyente de Rusia Democrática a fines de octubre en Moscú. La presencia de Yeltsin y Popov ayer en el Kremlin debilita las posiciones radícales. Popov había dicho que no tiene intención de participar en ninguna de las tres manifestaciones, pero el acto de ayer, pese a diferenciarse del pasado, supone en cierto modo un compromiso con las posiciones de la dirección soviética.
Borís Yeltsin dijo ayer que no temía enfrentamientos en el día de hoy en Moscú y señaló que la Federación Rusa no tiene una decisión general sobre las manifestaciones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.