Funcionarios en excencia

Algún día se sabrá en este país la verdadera fuerza que tiene el colectivo de los funcionarios en excedencia. No trato de incluir enlos vicios que voy a relatar a todos los funcionarios en excedencia, sino sólo a aquellos que se prevalen de su condición en beneficio propio.Este colectivo último está constituido por personas que, en un momento de privilegio, pudieron decir hasta luego a una nómina que ellos consideraban exigua, a cambio de otra más lucrativa en la esfera privada, contando además con el añadido de que sus influencias en la esfera pública (en la mayoría de los casos la única razón para la oferta privada) no acaban y eso beneficia a los empresarios para los que tra'bajan. El funcionario en excedencia se mueve tranquilamente por los pasillos y despachos que fueron su lugar habitual de trabajo y, claro está, ¿quién le va a negar el acceso a un expediente (aun no siendo parte interesada en el mismo) a esa persona que tuvo la suerte de que le ofrecieran un buen puesto, cuadruplicando (como mínimo) su sueldo, y que en un día más o menos próximo puede ser un nuevo mecenas para el empobrecido funcionario?

Considero que nuestros parlamentarios deberían tipificar ciertos comportamientos cuando estudien el tráfico de influencias, pues yo he sido sujeto pasivo de una intromisión en un expediente que inicié ante la Inspección Provincíal de Trabajo de Madrid, y en el que soy el único interesado, por parte de un inspector de Trabajo en excedencia que, además, se permitió decir en repetidas ocasiones en una misma vista oral ante un juez que para él había sido fácil acceder a ese expediente,de audiencia tan limitada, pues era ex compañero y ex jefe de servicio de la persona que lo tramitaba. No cabe mayor osadía.-