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EE UU y Panamá negocian un tratado de asistencia

Antonio Caño

Once meses después de la invasión que derrocó al general Manuel Antonio Noriega, las relaciones entre Estados Unidos y Panamá se encuentran en un estado crítico por culpa de la negociación de un tratado de asistencia legal que pondría en peligro la supervivencia del centro bancario panameño. El Gobierno norteamericano ejerce sobre Panamá una presión sin precedentes en favor de la firma de un tratado que permitiría a Estados Unidos el acceso a las cuentas corrientes de los bancos panameños con objeto de detener la evasión fiscal norteamericana.

Pero se ha encontrado por primera vez con una firme resistencia por parte de las autoridades panameñas, que consideran que esa medida ahuyentaría a los depositantes extranjeros y arruinaría el centro bancario, que es, junto al canal y la zona libre comercial, la principal fuente de recursos del país.. Estados Unidos argumenta que su interés en el tratado está relacionado con la voluntad de persegir a los grupos que utilizan los bancos panameños para lavar el dinero procedente del narcotráfico.

Panamá objeta que está decidida a colaborar hasta las últimas consecuencias en la lucha contra el narcotráfico, pero que no está dispuesta a incluir el delito fiscal entre las violaciones que darían derecho a los jueces norteamericanos a investigar las cuentas en Panamá.

Como consecuencia de este debate Estados Unidos ha retenido un 22% de los 420 millones de dólares de ayuda destinados a Panamá. Una fuente norteamericana calificó la situación como "tensa" y no descartó mayores medidas de presión por parte de Estados Unidos sobre este país.

El Gobierno panameño admite que la situación es "preocupante" y se ha visto obligado a buscar fuentes alternativas de financiación -en Asia y Europa- ante la eventualidad de que la presión norteamericana llegue al límite de suspender su ayuda y bloquear la asistencia de los organismos internacionales de crédito.

Representantes de los 110 bancos instalados en Panamá han advertido al Gobierno que si firma el tratado que Estados Unidos pretende se vería "gravemente lesionado" no sólo el sistema bancario, sino toda la economía panameña.

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Millones de dólares

Los banqueros han recordado al Gobierno que la ayuda congelada en Estados Unidos por el retraso en la firma de este tratado asciende a un total de 84 millones de dólares, mientras que los beneficios anuales que el centro bancario, donde están empleados 8.000 panameños, deja a Panamá son 280 millones de dólares.Los depósitos actuales en Panamá son 14.000 millones de dólares, lo que supone una cierta recuperación en relación con los últimos años del Gobierno del general Manuel Antonio Noriega, pero todavía un fuerte descenso sobre los 43.000 millones depositados en 1987, al inicio de la crisis panameña.

La mayor parte de esos depósitos están justificados por la inestabilidad monetaria y política, en los países de América Latina y, en segundo lugar, por la evasión fiscal en Estados Unidos. Sólo una pequeña proporción de esa cantidad, según los banqueros, está relacionada con el lavado del dinero procedente del narcotráfico.

Un portavoz norteamericano en Panamá ha asegurado que sólo tienen que preocuparse por el tratado "aquellos bancos implicados en actividades dudosas", pero la Asociación Bancaria ha firmado una carta dirigida al presidente, Guillermo Endara en la que se le recomienda que no firme el convenio exigido por EE UU.

La pasada semana visitó Panamá para discutir este tema el subsecretario de Estado norte americano, Michael Kozack, el mismo que dirigió las últimas negociaciones de la Administración norteamericana con el general Noriega. Como en aquella oportunidad, Kozack se fue el viernes con las manos vacías.

El ministro de Relaciones Exteriores de Panamá, Julio Linares, ha anunciado que el Gobierno firmará nada contra los intereses de los organismos panameños interesados.

Además de la Asociación Bancaria, el Colegio Nacional de Abogados, la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa y la Cámara Panameña de Comercio se han opuesto a un tratado que, según creen, afectaría gravemente a la confidencialidad y credibilidad del centro bancario panameño.

Operación contra Noriega

Para Estados Unidos, este tratado es la segunda parte de la operación contra Noriega. Con él, el Gobierno de George Bush podría presumir ante su opinión pública de haber asestado un golpe mortal a uno de los centros mundiales con mayor fama de lavado de dinero negro y, al mismo tiempo, contener la evasión de los defraudadores del fisco.La gestión de Michael Kozack es prueba de la importancia que Estados Unidos concede a este tema, y su salida intempestiva, sin resultados ni ofrecer declaraciones, puede ser una muestra de los tiempos difíciles que esperan a un país que hace sólo once meses vio en los soldados norteamericanos a un ejército de liberación.

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