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EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

Baker tomará el pulso a la actitud de los aliados en Oriente Próximo y en Europa

El secretario de Estado norteamericano, James Baker, inició ayer un largo viaje diplomático que le llevará a diversos países de Europa y de Oriente Próximo, donde pulsará personalmente la opinión de los aliados de EE UU sobre el conflicto del Golfo. "Queremos saber en qué condiciones y con qué restricciones estarían dispuestos a contemplar ciertas acciones", dijo Baker en el avión.El viaje del secretario de Estado debe allanar el camino que emprenderá el próximo día 17 el propio presidente norteamericano, George Bush. Baker, que desde el inicio de la crisis ha actuado al lado de su presidente a la hora de criticar a Irak, se ha convertido en el freno de cualquier impulso militar precipitado.

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El secretario de Estado abandonó Washington con una agenda muy cargada y repleta de anotaciones. Su viaje le llevará a Bahrein, Arabia Saudí, Egipto, Turquia y también al Reino Unido, Francia y la Unión Soviética, donde volverá a encontrarse con su viejo amigo Edvard Shevardnadze, responsable de la política exterior soviética. Está previsto que el secretario de Estado se entreviste también con el ministro de Asuntos Exteriores de la República Popular China durante su estancia en Egipto.

El contenido de la agenda de Baker no es un secreto en Washington. El diplomático norteamericano deberá tomar el pulso de los miembros de la coalición antiiraquí, subrayar la idea de que Irak debe abandonar Kuwait de una u otra forma y evaluar la opinión exacta de sus aliados sobre cuándo y de qué forma hay que usar la fuerza.

Nakasone, a Bagdad

El ex primer ministro japonés Yasuhiro Nakasone viajó ayer a Bagdad, acompañado de ocho diputados del gobernante Partido Liberal, con el primordial objetivo de conseguir la liberación de los 139 japoneses que Irak mantiene junto a otros miles de extranjeros como invitados desde que invadió Kuwait, el pasado 2 de agosto, informa desde Tokio Bosco Esteruelas. La misión no tiene carácter oficial y responde a una invitación cursada por un grupo iraquí de amistad con JapónNakasone, que hoy tiene previsto entrevistarse con el presidente Sadam Husein, se desplazó en un avión de línea regular que fue cargado de ropa, medicinas y alimentos. Sus destinatarios son los ciudadanos japoneses y de otros países que se hallan como escudos humanos en instalaciones estratégicas de los iraquíes para disuadir de cualquier ataque a las fuerzas militares norteamericanas desplegadas en el golfo Pérsico. El aparato efectuó una escala en el aeropuerto de Bangkok para ser inspeccionado por las autoridades locales en cumplimiento de las normas sobre el embargo internacional dictadas por la ONU. Nakasone permanecerá cuatro días en Bagdad y se reunirá con algunos de los rehenes.

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