Quayle dice que hay que desarmar a Sadam aunque se retire
El vicepresidente de Estados Unidos, Dan Quayle, declaró el pasado miércoles que su país debería "desarmar a Irak, incluso si el presidente Sadam Husein abandonara Kuwait". Las declaraciones de Quayle, un político que no ha conseguido el respeto político de sus adversarios en Estados Unidos ni ha alcanzado tampoco un mínimo nivel de popularidad, se han sumado a las formuladas por el propio presidente George Bush, quien se ha mostrado "harto" del cerco militar al que el líder iraquí, Sadam Husein, ha sometido a la delegación diplomática estadounidense en Kuwait. Bush comentó ayer que no piensa ver a Sadam hasta que se retire de Kuwait, sin condiciones y cumpla todas las resoluciones de la ONU. Esta eventualidad había sido a, untada horas antes por la esposa del presidente norteamericano durante una conversación con periodistas.Declaración de Bush
El presidente, en una conferencia de prensa en Orlando (Florida) afirmó ayer que sus declaraciones no tienen como finalidad intranquilizar a nadie o preparar un ambiente para la guerra. De todas formas, aseguró que Estados Unidos debe prepararse para hacer frente a "cualquier eventualidad".
Al ser preguntado por la oferta de Husein para que las familias de los rehenes puedan visitarlos, el presidente afirmó con sarcasmo: "No creo que Sadam reciba por ello el premio humanitario del año".
Los vientos de guerra comienzan a soplar con más fuerza en EE UU, a juzgar por estas y otras afirmaciones de políticos, pese a que la denominada "opción diplomática" sea, por el momento, la única vía en la que todos confían. En este sentido, las declaraciones del vicepresidente han sorprendido en algunos sectores.
Quayle manifestó a un programa de la televisión pública: "Sadam Husein, que tiene misiles balísticos, armas químicas y biológicas y que desearía poseer armamento nuclear, no puede continuar teniendo tal potencial [militar], incluso si abandona Kuwait". El vicepresidente de EE UU calificó a Husein de "terrorista" y dijo que los iraquíes están "saqueando Kuwait, violando a sus mujeres, matando a sus gentes y destruyendo a una nación ante nuestros propios ojos y no podemos tolerarlo".
En su intervención televisada, Quayle comentó también que Bush esperaba y rogaba que esta crisis se resolviera por la vía pacifica pero advirtió a Husein de que si opta por el conflicto armado "EE UU está preparado para ello". El vicepresidente reconoció que si hay guerra "habrá un tremendo sacrifício de vidas humanas".
Los analistas políticos de The New York Times y de The Washington Post opinan que este cambio de tono es el primer paso de la Casa Blanca para preparar a la opinión pública para lo peor: la guerra. También se justifican las palabras de Bush como una señal de firmeza ante las elecciones legislativas -renovación de la Cámara de Representantes y de un tercio del Senado-, que se celebrarán la próxima semana.
Sadam, entretanto, no escatima gestos y así, ayer, permitió la salida de Irak de cuatro norteamericanos, todos ellos enfermos.
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