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Malestar de los conservadores británicos por la actitud de Thatcher ante la unión europea

Margaret Thatcher, primera ministra británica, está dispuesta a librar la batalla política por su visión de la unión europea, actitud que provoca desazón en las baqueteadas filas conservadoras, donde la interminable cuestión europea sigue produciendo dolor. La mayoría del partido se alinea con el europeísmo y estima que la belicosidad de la primera ministra es contraproducente en exceso.

Thatcher no parece inmutarse y una fuente allegada a ella insistía ayer en que las conclusiones de la pasada cumbre de Roma pueden ser revocadas en la que ha celebrarse en diciembre.La primera ministra pasó el grueso de la jornada de ayer analizando con destacados representantes del partido y el Gobierno el resultado de la reunión de Roma, a la que, según también trascendió ayer, llegó sabiendo lo que le esperaba. Thatcher tuvo ocasión de comprobar que las bases parlamentarias del partido están mucho más dispuestas que ella a recorrer el camino de la unión europea.Los parlamentarios más europeístas están consternados por la virulencia verbal en que incurrió Thatcher en Roma, adonde acudió con su más beligerante disposición y no dejó títere con cabeza, empezando por franceses y alemanes (ambos tachados de nacionalistas hipócritas) e italianos (por huir hacia la grandilocuencia en vez de resolver los problemas prácticos inmediatos). Thatcher vino a decir en Roma que ya se verían las caras en diciembre con los otros europeos a la hora de entrar en detalles sobre la unión económica y monetaria.Downing Street estaba ayer visiblemente irritada por el silencio con que las propuestas italianas fueron acogidas por países que desconfían de ellas tanto como el propio Reino Unido y una fuente próxima a la primera ministra no descartó que en la próxima cumbre se lleguen a cancelar los planes previstos. Norman Tebbit, ex presidente del Partido Conservador, pidió ayer a la primera ministra que vete las propuestas si lo considera necesario, en claro contraste con el víceprimer ministro, Geoffrey Howe, a quien su experiencia le dice que en los primeros estadios de un proceso negociador el Reino Unido siempre ha parecido distanciarse del resto de los socios comunitarios para, al final, presentarse con propuestas que eran asumibles por el Parlamento. Michael Heseltine, el político conservador que aspira a suceder a Thatcher, ha advertido de la inutilidad e inconveniencia de adoptar posiciones negativas.

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