La salida de emergencia
John Toshack suele contar con todo detalle una anécdota reveladora sobre su carácter: "Un periodista británico le preguntó a mi mujer "Hay jugadores que dicen que su marido es un cabrón, y otros le definen como una persona simpática. ¿Usted qué opina? Y mi mujer le respondió: 'Mire, yo creo que John es un cabrón simpático". Entre los que han trabajado con Toshack en Madrid, quizás posiblemente la mayoría opine que a la respuesta de su mujer le sobró el adjetivo. En San Sebastián sucede lo contrario. Sería quizás el momento de recuperar el principio de Peter, según el cual la gente asciende en su trabajo hasta llegar a la incompetencia. El límite de Toshack, desgraciadamente para él, podría estar en la Real Sociedad, un club sin excesivas presiones donde puede aplicar su filosofía sin que nadie le levante la voz. Puede ser un excelente entrenador en la Real, y un mal técnico para el Madrid.Que Toshack no era el entrenador adecuado para el club, y especialmente para el tipo de jugadores que triunfan en el actual Madrid, se supo a los pocos meses de su llegada. Un entrenador debe imponer sus criterios, pero siempre teniendo en cuenta el material humano del que dispone. Toshack aplicó su receta y prescindió de la imaginación en la cocina. Y se va a ir de Madrid sin entender qué es lo que se esperaba de él: dar personalidad y carácter a un grupo de buenos jugadores, pero sin coartar su creatividad. Trató de hacer lo primero, pero se olvidó de lo segundo.
Tratamiento de choque
Así, el Madrid perdió el domingo ante el Burgos en una segunda parte con 8 jugadores con mentalidad defensiva, y sólo tres (Michel, Butragueño y Hugo Sánchez) con capacidad ofensiva. En busca de una mayor disciplina, Toshack vulgarizó al Madrid. Y su castigo va a ser otra vulgaridad: una de esas destitucíones tan comunes en la Liga española.En cinco años como presidente, Ramón Mendoza nunca había destituido a un técnico antes de que finalizase su contrato. Pero la prudencia ha traicionado esta vez a Mendoza. Hace un año tenía muy claro que quien le había recomendado a Toshack se había equivocado, y que el técnico no debía seguir una temporada más. Pero la rápida eliminación en la Copa de Europa y el fácil triunfo en la Liga le llevaron a aplazar la decisión. Y ahora, cuando está claro que o destituye a Toshack o se viene abajo el equipo, tiene que aplicar el tratamiento de choque en el peor momento posible. Sea cual sea el recambio, será un parche hastáel final de la temporada, con todo lo que de incógnita acarrea una apuesta a ciegas. Los mejores entrenadores, accesibles en junio de 1990, tienen contrato, y Mendoza se ha quedado sin otra salida que la de emergencia.
La situación se ha podrido de tal manera que el tratamiento quirúrgico era la única solución. Mendoza no confía en Toshack, Toshack no confía en los jugadores, y los jugadores no confían en Toshack. Y como Mendoza sí confía en los jugadores, está claro quién sobra en este guión.
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