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La reafirmación del celibato por el sínodo no ha acallado las voces a favor de los curas casados

Francesc Valls

El sínodo mundial de obispos sobre la formación sacerdotal en las actuales circunstancias terminó el pasado fin de semana en Roma con la reafirmación del celibato. El Papa lo recordó nuevamente ayer durante la misa de conclusión de esta asamblea de prelados, que en su inmensa mayoría se ha manifestado en contra de ordenar curas a hombres casados. A esta mayoría no pertenece Henry Goudreault, obispo de Labrador City (Canadá).

Goudreault, en una conversación con este diario, se declaró partidario de estudiar la ordenación de hombres casados, apertura que él cree positiva para la Iglesia de hoy."No estoy en contra del celibato, al contrario, digo que es un valor que debe continuar; pero creo que habría que considerar la posibilidad de ordenar a hombres casados, que tienen una fe profunda, que han consolidado su matrimonio y que quieren desarrollar esta labor en la Iglesia", afirma el obispo. Desde la experiencia de una diócesis dos veces mayor que Francia y poblada de indios y esquimales, Goudreault, de 62 años de edad, asegura estar contento con su celibato, "aunque para responder a ciertas necesidades [la falta de vocaciones] e incluso para revalorizar el sacramento del matrimonio, esta apertura hubiera sido positiva".

"Sin embargo", agrega, "la legislación no va en este sentido y no sólo no hay apertura, sino que el sínodo se ha pronunciado en favor de mantener la actual situación; esto quiere decir que la apertura querida por algunos no existe". Goudreault sostiene la opinión, sin embargo, de que la opcionalidad del celibato no es una solución a los casos de pedofilia entre sacerdotes, que han llevado a un obispo -Alphonsus Penney, obispo de Saint John de Terranova (Canadá)- a presentar su dimisión. Se da la circunstancia de que el 20% del clero de la citada diócesis estaba supuestamente relacionado con casos de acoso sexual a menores

Formación psicosexual

"Hay mucha gente casada que es pedofila", asegura Goudreault, quien añade que "los signos de pedofilia se producen, según diversos estudios, sobre los 50 años de edad y las vocaciones sacerdotales se dan antes". Por tanto, el obispo de Labrador City afirma que el celibato no guarda relación con el problema de la pedofilia. "Estamos preocupados", "por ello la delegación.canadiense ha insistido en la necesidad de la formación psicosexual de los sacerdotes".

La visión de Goudreault sobre el futuro de la Iglesia, á pesar ole los problemas enunciados, es positivo: "Tenemos crisis de vocaciones, pero nunca como ahora había habido tantos laicos comprometidos con la Iglesia". El prelado canadiense se muestra muy mesurado en sus respuestas y opina que el sínodo ha sido importante en la medida en que ha contribuido a reforzar la identidad del sacerdote. "Formamos curas para esta sociedad y por tanto deben saber cuáles son los problemas que nos ocupan; el sínodo nos ha llevado a observar el mundo, sus valores, y a organizar la formación conveniente", manifiesta el obispo.

El encargado de la diócesis de Labrador City no tiene una visión negativa de la modernidad, que al principio del sínodo fue objeto de duras críticas del cardenal Ratzinger, prefecto de la congregación para la doctrina de la fe. "Es cierto que en nuestra sociedad hay aspectos que no están dentro del Evangelio -el consumo desenfrenado, el hedonismo, la violencia, el individualismo-, pero también esta sociedad tiene sus aspectos positivos: la búsqueda de la paz y de la justicia", asegura el obispo.

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