El Papa dice que existe una campaña contra el celibato
Juan Pablo II denunció ayer la existencia de una campaña hostil al celibato, a la que no son ajenos los medios de comunicación. El Papa atribuyó a malas interpretaciones del Concilio Vaticano II la pérdida de identidad sacerdotal. Por si quedaran dudas, también dejó claro que se cerraba cualquier flexibilización del celibato.
Ante los más de 200 obispos asistentes al sínodo sobre formación sacerdotal que concluyó ayer sus trabajos en Roma, el Pontífice hizo lo que algunos vaticanólogos no dudan en calificar de "respuesta a ciertos aires renovadores que trajo para la Iglesia el Concilio Vaticano II".El discurso del Papa parecía también una contestación, punto por punto, de las manifestaciones de algunos obispos asistentes al sínodo -canadienses y brasileños, básicamente- en las que éstos se pronunciaban en favor de sínodos deliberativos -ahora son consultivos- y también partidario de una mayor flexibilización en la ordenación de hombres casados. Se trataba de simplificar el complicado acceso al sacerdocio de los llamados viri probati, hombres casados que viven con sus esposas como hermanos y hermanas.
El Papa explicitó ayer que esta puerta estaba cerrada. "Hay que descartar esta solución; es necesario responder con otros medios al problema planteado", afirmó. "Como es notorio, la posibilidad de recurrir a viri probati es demasiado evocada en el cuadro de una propaganda sistemáticamente hostil al celibato sacerdotal; tal propaganda encuentra complicidad y sostén en algunos medios de comunicación", concluyó al respecto.
Luego sería Lucas Moreira Neves, relator oficial del sínodo, el que diría que la propuesta del mantenimiento del celibato cuenta con un amplio respaldo entre los obispos asistentes al sínodo. "No hubo en ningún momento intención de dirigir este debate", aseguró sobre el tema Moreira Neves.
Reafirmación
El celibato, pues, queda tan asegurado tras este sínodo que en la relación de las 41 proposiciones finales -que el Papa, por el momento, ha decidido que no era oportuno dar a conocer a los medios de comunicación- se hace hincapié en reafirmarlo. Este problema se planteó por el debate surgido sobre la identidad del sacerdote, que está en crisis.
Esta situación "ha nacido en los años inmediatamente posteriores al concilio", según el Pontífice. "Se fundaba sobre una errada comprensión, a veces involuntariamente tendenciosa, de la doctrina del magisterio conciliar", agregó. "Aquí probablemente está una de las causas del gran número de pérdidas [de vocaciones] de la iglesia", dijo Juan Pablo II quien invitó a preguntarse: "No ¿habremos entristecido al Espíritu Santo?".
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