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GENTE

Vicenta Llorente

"Mijaíl era simpático, muy agradable y con buen carácter. Comparado con otros, bailaba regular, pero es que en Moscú había excelentes bailarines", recuerda Vicenta Llorente del Moral. Esta "niña de la guerra" que vivió en la URSS hasta 1956 fue compañera de residencia universitaria del presidente soviético. Juntos danzaron algún que otro vals. "Me encantaría verle. Ojalá fuera posible. ¡Con qué ganas le daría un abrazo!", confiesa horas antes de que el dirigente de la URSS pise tierra española.Vicenta, una bióloga de 60 años que trabaja en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, es una rendida admiradora del dirigente soviético y de la perestroika. "Sólo por lo que está haciendo por el mundo, Gorbachov se merece la admiración de todos. Me parece muy justo que le hayan dado el Premio Nobel de la Paz", afirma.

Esta mujer nacida en la localidad vizcaína de Algorta se emociona al recordar su vida en la URSS. A los siete años, en septiembre de 1937, fue evacuada a la Unión Soviética con un nutrido grupo de niños vascos. Debido a su delicada salud, ella fue enviada a Crimea hasta que, en 1941, el país entró en guerra con Alemania. Vicenta, comootros muchos compañeros, vivió la contienda a orillas del Volga, en la región de Saratov. En 1948 ingresó en la Universidad de Moscú para cursar Biología. "Vivía en una residencia para estudiantes en la que había más españoles. En el segundo piso nos alojábamos los de Derecho, Químicas y Biología. Chicos y chicas estábamos juntos, pero no revueltos", recuerda Vicenta Llorente. Poco después que ella, llegó desde Stavropol el joven Mijafl Gorbachov, estudiante de Derecho que también se instaló en el edificio de la calle Strominka, número 32. "Era un hombre sencillo, como de pueblo que era, y encantador. Cautivaba con la sonrisa", asegura.

"A aquella residencia, que tenía sala de baile y teatro, venía la creme de la creme. Por allí pasaban artistas e intelectuales y se organizaban veladas los sábados por la noche", recuerda Vicenta. En algunas hizo pareja de baile con Mijafi. "No me pisaba", matiza riendo.Compartieron valses, pero no hubo flechazo. Estaba Raísa. Vicenta también la conoció en las fiestas de los sábados. "Era una chica muy elegante ya en esa época", dice la bióloga. En aquellos tiempos él era un chico apuesto al que no se le notaba uno de sus detalles más famosos:la mancha en la cabeza. "Se la tapaba una abundante cabellera", dice Vicenta. En el Moscú de entonces, Mijaíl era un estudiante más. "Los españoles éramos bastante famosos, entre otras cosas porque teníamos un grupo de coros y danzas que alcanzó mucho éxito. Entonces, a lo mejor era más conocida yo que él", bromea la bióloga Llorente. Los compañeros de baile no se han vuelto a ver desde los años cincuenta. La vida los ha llevado por derroteros muy distintos. Vicenta pisó de nuevo tierra española el 23 de octubre de 1956. Fue un regreso difícil para la joven de 26 años que finalmente consiguió insertarse en la sociedad española. "Tuve mucha suerte y me coloqué bien", explica. Contrajo matrimonio con otro "niño", Jorge Prado, y es madre de un joven de 20 años. Gorbachov hizo una buena carrera política que le llevó al poder en 1985. Aunque ya en los años cincuenta, Vicenta Llorente, estaba convencida de que la URSS necesitaba cambios, nunca pensó que fuera a hacerlos su antiguo amigo. Mijaíl tiene en Vicenta una de sus más fervientes admiradoras.

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