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La propuesta económica de Gorbachov acelera la crisis

Pilar Bonet

El programa de transición a la economía de mercado propuesto por Mijaíl Gorbachov ha precipitado una crisis política que amenaza con la ruptura entre el presidente y los sectores reformistas y cuya primera gran consecuencia fue el anuncio de dimisión efectuado ayer por el vicepresidente de la Federación Rusa, Grigori Yavlinski.

Yavlinski, uno de los autores del programa radical de transición al mercado conocido por el nombre de Programa de los 500 días, intervino por la tarde ante el Parlamento ruso para expresar su desacuerdo con el texto avalado por Mijaíl Gorbachov y confeccionado por un equipo de economistas que dirige Abel Agambegian.Este texto, que se presenta como un programa de síntesis entre el Programa de los 500 días y el programa más moderado del Gobierno soviético de Nikolái Rizhkov, fue rechazado el martes por la tarde por el presidente del Parlamento ruso, Borís Yeltsin, que pronosticó una "catástrofe" si se pone en práctica.

El Parlamento ruso postergó la decisión sobre si aceptar o no la dimisión de Yavlinski, según el cual el programa presidencial es de hecho el programa de Nikolái Rizhkov. Iván Silaiev,jefe del Gobierno ruso, criticó la decisión de Yavlinski, un brillante economista treintañero, y manifestó que se trataba de un "gesto de fogosidad juvenil y no de un hombre de Estado".

Sin embargo, la posición del vicepresidente del Gobierno ruso refleja una corriente de opinión que cobra fuerza en los sectores reformistas.

El alcalde de Moscú, Gavriil Popov, amenazaba con pasar a la oposición si la dirección de la URSS se decidía a adoptar el modelo de reforma propuesto por Nikolái Rizhkov, en una entrevista en la revista Novedades de Moscú. La amenaza de Popov es tina de las tres variantes de comportamiento político mencionada por Yeltsin ante el Parlamento ruso y supone la ruptura de la coalición de centro-izquierda sellada el pasado verano con el acuerdo entre Gorbachov y Yeltsin.Programa presidencial

El programa de Mijaíl Gorbachov, que será discutido el viernes en el Sóviet Supremo de la URSS, es, en opinión de economistas, mucho más vago que el Programa de los 500 días, detrás del cual está el consejero presidencial Stanislav Shatalin.

El texto que se presenta con el título de Directrices fundamentales es en la práctica un programa de estabilización económica pensado para un plazo de un año y medio o dos años. A diferencia del Programa de los 500 días, contiene referencias ideológicas al ratificar la "opción socialista".

El texto consagra la existencia de la propiedad estatal cuyas características y dimensiones no se especifican y asegura que el mercado comenzará a funcionar una vez concluido el periodo de estabilización, dentro del cual, a diferencia del Programa de los 500 días, no se establecen plazos concretos en días.

Los derechos de las repúblicas se formulan de forma general y se contempla la formación de un nuevo órgano de dirección de la economía soviética consistente en un Comité Económico Interrepublicano adscrito al Consejo Federal de la URSS. El periodo de transición se llevará a cabo contando con los poderes especiales recibidos recientemente por el presidente de la URSS.

Las referencias a la propiedad privada son vagas y esquivan pronunciarse sobre la propiedad privada de la tierra.

En lo que se refiere a la formación de precios, en una primera etapa, de un total de cuatro, se eliminan los controles de los precios en los productos que no son de primera necesidad. Los precios estatales se conservan en los artículos de primera necesidad de los que depende el mínimo vital. Esta intención resulta dificil de cumplir, si se tiene en cuenta que han subido los precios al por mayor y los precios de compra de productos por parte del Estado.Inflación soviética

El petróleo, el gas, los diamantes, el oro y las piedras preciosas, que constituyen la gran riqueza de la Federación Rusa, se consideran recursos estratégicos de la URSS, lo cual supone un duro golpe para los proyectos de Borís Yeltsin sobre la soberanía de Rusia.

Por otra parte, la crisis de las instituciones soviéticas se reflejó ayer en Ucrania con la dimisión del jefe del Gobierno de Ucrania, Vitali Masol. Esta dimisión, no confirmada aún oficialmente ayer por la tarde, era una de las reivindicaciones de las masivas manifestaciones de estudiantes que se realizan en esta república, la segunda en importancia de la URSS, desde principios de octubre.

Ciento noventa y dos estudiantes han llevado a cabo una huelga de hambre para pedir, entre otras cosas, la expropiación de las propiedades del partido comunista. Masol había sido nombrado jefe de Gobierno el pasado julio.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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