Desarticulada una de las redes de tráfico de droga más importantes de Galicia
El clan de los Charlines, una de las redes de tráfico de droga más importantes de Galicia, quedó completamente desarticulada ayer tras la denominada Operación Job, última fase de las investigaciones iniciadas hace más de un año contra el narcotráfico gallego. La redada, según informaron el director de la Policía, José María Rodríguez Colorado, y el jefe de la Brigada de Policía Judicial, Pedro Rodríguez Nicolás, ha supuesto la detención de uno de los últimos cabecillas de la banda, José Rey Vila.
La operación ha dejado al descubierto la conexión colombiana con el cártel de Bogotá, grupo suministrador de la droga, y ha desvelado gran parte del mecanismo de blanqueo de dinero de la organización.En esas labores estaban implicados Antonio Rocas Mascuñán y la empresa El Watan el Arab en la que trabajaban los hermanos Wael Ibrahim Abdelkader El Kahlout y Nail Ibrahim El Khalout. El mecanismo de blanqueo consistía en transferencias bancarias vía Andorra o Suiza con destino final en Estados Unidos, informa
El dispositivo policial ha permitido la incautación de una remesa de unos 1.200 kilos de cocaína almacenada en una furgoneta Ebro, matrícula M-5205-DX, que se encontraba estacionada en la calle Matías Turrión, semiesquina a la de Arturo Soria, de Madrid, en las proximidades del piso de un colombiano, detenido en la primera fase de la operación. El colombiano es Alberto Vargas, considerado el coordinador del cártel de Bogotá para Europa.
2.000 kilos de cocaína
El alijo total, de más de 2.000 kilos de cocaína, fue contratado al cártel de Bogotá por el jefe del grupo Manuel Charlín Gama, detenido en julio pasado a raíz del dispositivo policial que concluyó con la intervención de 500 kilos de esa partida de droga en una autocaravana.
Los miembros del grupo que quedaron entonces en libertad, ante la sospecha de que eran vigilados, congelaron sus actividades durante todo el verano. A mediados de septiembre se produce una reactivación de la red. Los miembros del grupo que no habían sido detenidos vuelven a la actividad y se producen movimientos sospechosos, tanto en Galicia como en Madrid. El piso de la calle Matías Turrión, de Madrid, y otro considerado de seguridad, localizado en la calle Conde Vallellano en la localidad orensana de Carvallino son utilizados de nuevo por miembros de la red de traficantes.
El pasado 15 de septiembre a primera hora de la tarde la policía inició la operación con la detención de José Rey Vila. Inmediatamente fueron detenidos Gerardo González Padín y José Luis Viñas Morgade, dos de los distribuidores del grupo en Cambados (Pontevedra). Después siguieron las detenciones del matrimonio de distribuidores Joaquín Montañés Porto y Concepción García Rodríguez. En Madrid, y en la madrugada del día 16, fue detenido Juan Carlos Morales Segura, ciudadano colombiano.
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