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Y sin embargo se quieren

A veces, en el amor las sábanas son más excltantes que la piel, y de vez en cuando los amantes antiguos necesitan cambiar de marco para recordar pasiones olvidadas. Es entonces cuando los enamorados se buscan por las cocinas o los ascensores y creen sentirse más jóvenes con un simple cambio de escenograria.El PSOE y el PSC siempre se habían querido, pero los ocho años de gobierno pesan en todas las relaciones y ayer Felipe quiso cambiar de escenograria para volver a excitarse en un marco distinto al habitual. Llegó a Gerona y su gesto era un refrendo de un estilo de socialismo, el catalán, que todavía mantiene un cierto frescor y un mucho de políticos por encima de toda sospecha. ¿Dónde podía ir Felipe a sacar los demonios interiores de su partido? ¿A Andalucía, con la sombra del hermano y del amigo planeando bajo los focos? ¿A Madrid, con las agrupaciones en pleno rifirrafe? El PSC ha sido siempre esa novia indómita y apasionada de una izquierda austera y rigurosa, abierta y dialogante, que tan pronto se entregaba electoralmente en brazos del sevillano como le propinaba en la intimidad algún que otro cachete. Fue en Cataluña donde Felipe se distanció públicamente del marxismo. Y en Cataluña donde anunció lo de la OTAN. Por lo visto, las sábanas catalanas siempre han sido estimulantes para este amante inquieto. Por eso González llegó a Gerona: porque más vale novia conocida que amigos-de-toda-la-vida por conocer.

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Ayer fue un día importante para unos y para el otro. Los anfitriones se sentían reconocidos y el invitado se comportaba como un chaval hablando del socialismo de verdad y no del socialismo sucedáneo del Gobierno que preside. A los rostros de esos congresistas forjados durante años en la oposición a Pujol no ha llegado el aplauso fácil de los funcionarios de la nueva corte madrileña. Parece como si en el PSC todavía se valoraran más los principios que los príncipes. Por eso, una de las pocas ovaciones que se llevó González fue cuando rechazó la moda ideológica que atribuye a la economía de mercado la condición de sinónimo de democracia. Minutos antes Obiols había alertado a su interlocutor hablando del "riesgo de deriva centrista" que amenaza al PSOE. Y le recordaba lo importante que era en un partido como el socialista que nadie fuera más que el otro, porque a menudo parecía -venía a decir Obiols- que en el seno del PSOE existía un séptimo de caballería enquistado en Ferraz y unos cuantos indios periféricos a los que no se tenía en cuenta. Por lo visto, ayer empezó a suceder lo que ocurre en las buenas películas del Oeste: que los indios acaban siendo los buenos y que el chico se casa con la novia de su vida, la más rara y la que hablaba en lengua distinta, pero tal vez también la más buena, limpia y aseada.

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