El aumento de los impagos en un 25% confirma que el enfriamiento afecta a la inversión y al empleo
El aumento de la morosidad en la banca viene a confirmar el enfriamiento de la economía. Los datos disponibles hasta julio, antes del inicio de la crisis del Golfo, muestran una subida de impagos del 25%, cifra que recuerda la situación de hace una década, cuando se inició la crisis bancaria. Los impagos proceden sobre todo de empresas que sufren problemas de liquidez causados por las medidas de restricción de crédito. Las empresas están reduciendo sus planes de inversión, lo que ya está afectando a la evolución del empleo, tal como lo confirma el aumento der paro en agosto y septiembre.
Durante los siete primeros meses del presente año los créditos morosos -aquellos que se retrasan más de 90 días de su fecha de devolución a los bancos- han crecido en 97.000 millones de pesetas y se elevan a una cifra total de 484.800 millones de pesetas, lo que representa un crecimiento del 25% sobre la cifra que existía al finalizar el pasado año, según cifras del Banco de España.Solamente el mes de julio pasado, cuando no había estallado aún la crisis del Golfo Pérsico, que ha incidido en la paralización de proyectos de inversión en muchos sectores, la morosidad de la banca creció en 24.800 millones de pesetas. Tras este aumento, el nivel de morosidad de la banca, incluyendo cajas de ahorros y cooperativas de crédito, superó el registrado en el año 1986 cuando se situó en 463. 100 millones' de pesetas, si bien todavía permanece por debajo de los niveles registrados en 1984 con 587.400 millones y 1985 con 531.900 millones de pesetas, cuando se cerraba la crisis bancaria más importante de la historia de España. Habrá que esperar los datos de final de agosto para ver la repercusión real de la crisis del golfo.
A la hora de buscar las causas de esta nueva situación, las diferentes fuentes consultadas de los grandes bancos coinciden en afirmar que estamos ante los indicios de una crisis, pese a condiderarla coyuntural y producto de unas medidas de restricción crediticia prolongada. Este hecho está causando poblemas a empresas que trabajaban a crédito y han cortado su ritmo de entrada y salida de tesorería al haber menos créditos. Los bancos consultados reconocen que también los particulares tienen dificultades, porque estamos ante una cadena que afecta a todos. Las empresas este año van a tener unos beneficios menores que en el pasado año.
Intereses de demora
Según estudios recientes de* entidades bancarias, el tomador de crédito particular en España es un cliente con un alto grado de fidelidad a la hora de pagar sus créditos. Estos estudios indican que, por lo general, se dejan de pagar otras obligaciones antes que caer en la nómina de morosos de una entidad bancaria. Posiblemente aquí influya el alto tipo de interés de demora que aplican los bancos españoles.La práctica totalidad de los bancos eluden dar sus cifras de morosos, aunque todos afirman que la situación es distinta a la de hace una década. Los fondos de insolvencias del conjunto de la banca española, que al finalizar el pasado año ascendía a 423.000 millones, se han situado al final de julio en 457.000 millones de pesetas, es decir, que casi cubre el total de los morosos de la banca, tal y como señalan fuentes cercanas a la patronal bancaria AEB.
Esas fuentes sostienen que no se puede hablar por el momento de una crisis, sino de las secuelas de una política restrictiva del crédito que puede incluso llegar a ahogar ciertos desarrollos empresariales, lo que debería ser analizado detalladamente por la autoridad monetaria.
El actual nivel de morosidad, que en estos momentos debe calificarse de normal, sería peligroso si se mantiene durante varios meses, añaden esas fuentes. No hace falta recordar que la crisis bancaria de finales de los años setenta y comienzos de los ochenta tuvo en la fuerte incidencia de morosos y fallidos una de sus causas fundamentales.
Cuando un crédito permanece tres años como moroso la cantidad de ese crédito ha de ser dotada por la entidad bancaria, que luego trata de recuperar por diferentes caminos.
La suma de morosos y deudores a la vista (aquellas operaciones pendientes de liquidar ya vencidas) de la banca privada ascendía a finales de julio a 1.920.900 millones de pesetas, es decir 242.000 millones que al finalizar 1989. Esta cifra de todos modos hay que compararla con la cifra de inversión crediticia del sistema bancario. Asi de 1,3 billones que figuraba en 1983 comparado con una inversión crediticia de 14,5 billónes se ha pasado a 1,9 billones frente a los 28,5 billones que figura en los datos del Banco de España en julio. La inversión crediticia creció un 23% durante 1988 y un 22% el pasado año.
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