Los guardianes del agua

Thomas Barnwell y Robert Clark son dos expertos que investigan la calidad del agua para la Agencia de Protección Ambiental (EPA) del Gobierno norteamericano. Ambos han colaborado con el Canal de Isabel II, el organismo que se ocupa del suministro en Madrid, en un curso sobre control de embalses y calidad de los ríos, recientemente celebrado en Madrid. Aunque rechazan pertenecer a una especie de FBI del agua, advierten que la vigilancia sobre la contaminación fluvial en su país es muy estricta y que las infracciones se castigan con altas multas y hasta con la cárcel.

Robert Clark, de 42 años, trabaja en el centro de investigación de Cincinnati (Ohio) en la planificación de las redes de distribución de agua y en la depuración de los vertidos. Con la ayuda de complejos sistemas informáticos se dedica a pronosticar el comportamiento y las necesidades del consumo. Las predicciones que han elaborado los expertos de EE UU desde 1971 sirven para conocer la evolución del consumo de agua. En Madrid, el gasto de agua se incrementó un 7% en 1988 y un 9% el año pasado. En la actualidad ya se conoce que la red de embalses del Canal de Isabel II no podrá abastecer a los madrileños en torno al 2015.La Agencia de Protección Ambiental y la Comunidad se acogieron a la financiación del Comité Conjunto Hispano-Norteamericano para la Cooperación Científica y Tecnológica a fin de determinar las inversiones necesarias en nuevas estaciones depuradoras, proyecto que se plasmó más tarde en las obras del Plan Integral de Agua en Madrid.

Agua sin plomo

Thomas Barnwell, de 51 años, está especializado en los estudios sobre la calidad del agua, en el centro de la EPA del Estado de Georgia. La reconocida pureza del agua de Madrid, desde que se abriera a mediados del siglo pasado el Canal del Lozoya, no es puesta en entredicho por este experto. "El agua de aquí es excelente, pero no basta con que sea incolora, inodora e insípida; hay que controlar que no tenga plomo, cobre o microbios".Barnwell resalta que el Gobierno Federal norteamericano ha dictado más de 100 normas para garantizar la salubridad del agua. Sin embargo, reconoce que a veces se topa con la falta de colaboración de las administraciones locales o de los Estados de la Unión: "Tenemos más de una queja por lo estricto de nuestras normas; pero de ninguna manera somos el FBI del agua". Las infracciones más graves pueden llegar a castigarse en Estados Unidos con multas de hasta 25.000 dólares (casi 2,5 millones de pesetas) por cada día, sin excluir la apertura de un procedimiento penal que puede llevar a la cárcel a los responsables de las empresas que realizan vertidos.

Restricciones en el oeste

Pese al constante riego de los jardines y la proliferación de piscinas, un madrileño consume en la actualidad una media de 320 litros de agua al día, cuando un norteamericano llega a gastar casi 600 litros en una jornada. Ambos expertos destacan que su país es rico en reservas de agua, pero ya se han planteado restricciones en el oeste de EE UU.Curiosamente, el Canal de Isabel II es una de las pocas empresas de la Comunidad de Madrid que no registra pérdidas. Según la memoria de este organismo correspondiente a 1989, el Canal presenta unos resultados positivos de casi 470 millones de pesetas, aunque también recibió cerca de 2.000 millones de subvención.