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Una crisis anunciada

El Frente de Liberación Nacional se formó en 1954, con un único objetivo: poner fin a la dominación, francesa y restaurar el Estado de Argelia. Tras la liberación del país en 1962 y durante 36 años, el FLN ha estado gobernando en solitario. Su monopolio político empezó a tambalearse en 1988, en la revuelta de la sémola. Sus locales fueron asaltados y destruidos por los manifestantes.El presidente del Gobierno y del FLN, Chadli Benyedid, inició entonces un proceso de democratización que permitió la legalización de dos partidospolíticos y el retorno de los exiliados. Pero desde el primer momento, este proceso ha provocado las reticencias de un sector histórico del Frente Nacional.

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Los primeros síntomas de crisis se manifestaron en noviembre de 1988 durante la celebración de su sexto congreso. Allí se observó claramente la presencia de un sector reformista opuesto a la vieja guardia, aunque se guardaron las composturas y se anunció un proceso de síntesis que ha resultado imposible.

La crisis se hizo insostenible a partir del pasado 12 de junio, tras la celebración de las primeras elecciones locales libres, que dieron el triunfo al Frente Islámico de Salvación, desbancando al FLN. Al mes siguiente se reunió el comité central del partido para efectuar una autocrítica y proceder a la renovación de sus estructuras. El doloroso proceso político se agudizó con el regreso de Ben Bella, la desarticulación de la policía política y la crítica permanente. Sin embargo, y a pesar de las dimisiones de la vieja cúpula dirigente que se han producido la semana pasada, la renovación del FLN prosigue.

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