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LA CRISIS DEL GOLFO

Las armas químicas serán poco útiles en una guerra

Las armas químicas tienen muy poco papel que desempeñar en el conflicto M Golfo, según los analistas M Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres. La anexión iraquí de Kuwait ha provocado la primera gran crisis de la nueva era sin guerra fría, y su solución tendrá un efecto capital en la creación del futuro sistema de seguridad internacional. El eventual protagonismo de la ONU y de EE UU. depende del desenlace de la crisis del Golfo. Al presentar la edición 1990-1991 del Military Balance, el IISS enfatiza el radical cambio de marco de los conflictos.

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La desaparición del viejo orden erigido sobre el enfrentamiento Este-Oeste deja espacio para el estallido de conflictos más localizados derivados de inestabilidad interna, enemistad externa y acumulación de armas. Oriente Próximo ofrece. un caldo de cultivo ideal para este nuevo tipo de crisis. "Si esta crisis concluye, pacíficamente o no, gracias a la actuación de Naciones Unidas, se habrá creado un orden mundial completamente nuevo en el que por primera vez el Consejo de Seguridad podrá actuar como pretendieron sus funda dores en l945", dice François Heisbourg, director del IISS. Heisbourg cree que dependiendo de cómo EE,UU perciba el éxito o el fracaso de su intervención en el Golfo, Washing ton optará por el multilateralismo o el aislacionismo en sus relaciones internacionales. El IISS estima que la reacción europea a la petición norteamericana de responder a lo que Heisbourg llama "asesinato de un Estado" ha sido rápida y buena, en particular en el caso británico y francés. "Todas las fuerzas son necesarias y nadie debe sentirse avergonzado por haber enviado un número pequeño", según el coronel Andrew Duncan, director adjunto. El eventual conflicto arma do se resolverá gracias a las fuerzas de tierra. "El ataque aéreo será vital, pero no se puede ganar una guerra sólo con avio nes", dice el subdirector del IISS, coronel Michael Dewar. "Se necesitan fuerzas de tierra, y todavía no hay las fuerzas necesarias sobre el terreno". Las tropas británicas y norteamericanas serán más capaces con forine pase el tiempo, y carece de sentido especular con fechas de ruptura de hostilidades. "Los jefes militares desearán disponer de fúerzas suficientes para responder a un amplio número de posibilidades, pero cualquier contingencia será respondida de inmediato, aunque el número de fuerzas no sea el óptimo", opina Heisbourg.El director del IISS. piensa que la mediocridad supera a la calidad en el Ejército iraquí, que "no demostró capacidad de movimientos efectiva en la guerra con Irán" y probablemente librará un combate estático. Lo que es imposible de vaticinar es la duración de la guerra. "En el escenario europeo la OTAN hablaba de días o semanas y esto (la situación del Golfo) no es muy diferente en términos de fuerzas convencionales", dice Heisbourg.El IISS aborda en su informe cuestiones de desarme, las relaciones entre las superpotencias, el futuro de la OTAN y el Pacto de Varsovia y la situación en diversas áreas regionales del globo. Dewar quiere llamar la atención sobre "los importantes y sustanciales cambios , que esperan al ejército soviético". La tendencia hacia la creación de un ejército semiprofesional es probablemente imparable, dice el Military Balance, que. lo percibe como un ejército nucleado por rusos al que los no rusos se sumarán como voluntarios. Las nuevas fuerzas armadas serán, como las del Oeste, menores, más flexibles y mejor equipadas.

En cuanto a las armas químicas, su única utilidad es Contra poblaciones civiles, inexistentes en el desierto. Israel es el único objetivo aparente, y los israelíes ya han manifestado que cuentan con medios suficientes de represalia, perífrasis que debe traducirse por armas nucleares.

Los únicos precedentes de uso iraquí de armas químicas son el bombardeo de la localidad de Halabja, habitada por kurdos desafectos, y los ataques de posiciones estáticas iraníes en la guerra que libraron Teherán y Bagdad durante la pasada década.

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