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RELIGIÓN

El clero, enfermo de cansancio y resignación, según el sínodo de obispos

Juan Arias

Juan Pablo II abrió ayer, con una misa solemne en San Pedro, el VIII Sínodo de Obispos, que va a analizar durante todo el mes de octubre la crisis que viven los sacerdotes católicos. Según el documento presentado como base para los trabajos del sínodo, y que ha sido redactado según las sugerencias llegadas de los obispos de todo el mundo, el clero católico está enfermo "de cansancio y de resignación". El documento lo dice con la expresión inglesa burn out, es decir, quemado, apagado. La causa, según los obispos, es el excesivo activismo del sacerdote moderno, su enorme burocratiz ación, la ausencia de sentido del sacro. De ahí que se apueste por un sacerdocio más místico, más espiritual y menos secularizado.Con Juan Pablo II concelebraron los 238 obispos y cardenales del sínodo y cientos de sacerdotes seculares y religiosos de la diócesis romana, tan necesitada de clero que las parroquias están poblándose de curas extranjeros, sobre todo del Tercer Mundo. En total existen 401.930 sacerdotes, 5.000 menos que hace cinco años. Sólo en Polonia aumentan las vocaciones.

Los obispos culpan de la crisis del clero a la civilización industrializada y tecnológica, al agnosticismo, al paganismo y a la superstIción. La crisis de los sacerdotes se agudiza si se tiene en cuenta que dicho clero está envejeciendo. Por otra parte, el sínodo no va a tocar los dos temas que según muchos observadores serían la única solución a la escasez cada vez más alarmante del clero: la del celibato, dando paso a los curas casados, y la del sacerdocio femenino, abriendo luz verde a las mujeres como han hecho algunas confesiones protestantes.Juan Pablo II ha repetido hasta la saciedad que ambos temas son tabú.

El Papa quiere un clero no sólo casto, sino también célibe. Con respecto a la mujer, ya dijo durante su primer viaje a Estados Unidos, al ser contestado por una superiora general, que su papel en la Iglesia consiste, como el de la Virgen, "en estar de rodillas a los pies de la cruz".

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