_
_
_
_
_

La compañía de Jesús celebra hoy en Loyola cuatro siglos y medio de vida

Francesc Valls

La Compañía de Jesús cumple hoy cuatro siglos y medio de existencia. En este día, hace 450 años, el papa Pablo III proclamaba la bula Regimini militantis ecciesiae. Con este motivo están previstos en Loyola (Guipúzcoa) unos actos que contarán con la presencia de Peter Hans Kolvenbach, prepósito general de los jesuitas, la orden masculina -25.000 miembros- más importante de la Iglesia católica.

Los jesuitas han vivido a lo largo de su historia relaciones en ocasiones muy tensas con el papado. Ahora, el momento que se vive es de calma, según coinciden en afirmar algunos de los 84 representantes de 52 países que asisten a la primera congregación de provinciales, que bajo la presidencia de Kolvenbach se desarrolla en Loyola. Esta opinión se desprende también del hecho de que ayer fuera aprobada por amplia mayoría la propuesta de no convocar la congregación general, nombre con el que se conoce a lo que se podría llamar Parlamento jesuítico.La distensión existente con Roma no deja de ser una novedad en los últimos años, después del período de excepcionalidad vivido por la compañía cuando Juan Pablo II designó delegados pontificios en la orden, tras la dimisión del superior vasco Pedro Arrupe por enfermedad. Arrupe fue el prepósito que revolucionó, de acuerdo con el Concilio Vaticano II, la compañía. En Roma eran muchos quienes dentro de la Iglesia consideraban que la Compañía de Jesús había ido muy lejos en determinadas actitudes, como el compromiso social, y en una interpretación abierta del Concilio Vaticano II. No en vano, Arrupe ya había vivido algunos momentos, de tensión en épocas de Pablo VI. Pero con la llegada de Juan Pablo II al papado las diferencias se hicieron más evidentes. Tras el nombramiento de delegados pontificio, se llega a la congregación General XXXIII, y en ella, en septiembre de 1983, es elegido nuevo superior Kolvenbach, quien nombra a su vez a uno de los comisaríos nombrados por el Papa para regir la orden -Giuseppe Pittau, consejero suyo-.

La actitud flexible del nuevo general hace que en 198.7 el Papa le llame para que le predique unos ejercicios espirituales a él y a toda la curia romana. Ese es un síntoma de deshielo entre el Vaticano y la Compañía, que nunca pierde de vista su compromiso social. Prueba de ello han dado hace algo menos de un año hom bres como Ignacio Ellacuría y otros cinco jesuitas que fueron asesinados por el Ejército salva doreño. La reunión de provinciales que se celebraba hasta ayer en Loyola ha hecho hincapié también en la fe y en la justicia. Éste es un tema de gran tradición en la Compañía. El decreto 4º de la 32º congregación general (1974-1975) ya hablaba de la promoción de la justicia y reconocía: "Muchas veces nuestro origen, nuestros estudios y hasta nuestra afiliación nos protegen de la pobreza y hasta de la vida sencilla y, las preocupaciones cotidianas". Bajo el mandato del vasco Pedro Arrupe, los jesuitas se comprometieron, tal como marcó el citado decreto, a promocionar lajusticia y a solidarizarse "con los que no tienen voz ni poder".

Labor en el Tercer Mundo

El giro copernicano se está realizando todavía. Los jesuitas llevan a cabo una intensa labor en el Tercer Mundo. Su presencia también es importante en el mundo de la enseñanza, no en vano durante años se han ganado la fama de ser forjadores de elites.

En la actualidad, la Compañía cuenta con 600 centros de enseñanza, 116 institutos superiores y universidades y 26 facultades de Teología y Filosofia.

Se calcula que hay 3,7 millones de antiguos alumnos suyos en el mundo. De sus aulas salieron hombres como Fidel Castro, Wojciech Jaruzelski, Charles de Gaulle, Voltaire, Descartes, Alfred Hitchcock o Luis Buñuel. La compañía se precia de contar con hombres muy bien preparados entre sus miembros actuales.

En la Iglesia se les considera la orden intelectualmente más brillante, con nombres de teólogos como Henri de Lubac, Karl Raliner o Teilhard de Chardin. Por ello hay quien ha recordado que las relaciones con Roma siempre serán buenas.

Ni hipócritas ni sumisosLos estereotipos clásicos del jesuita están en proceso de cambio. Según una encuesta realizada por el diario francés Le Monde, un 25% de los franceses considera que -el jesuita es un personaje hipócrita, mientras que un 61% piensa que no. Un 41 % opina que se trata de personas inteligentes que saben discutir y argumentar. Un 27% que se trata de una eminencia gris, y un 40% que se está hablando de un religioso de choque.El 45%. de los consultados considera a los miembros de la Compañía de Jesús conservadores, un 16% afirma que son favorables a los cambios, mientras que un 7% dice que son revolucionarios próximos al marxismo. El 41% de los encuestados opina que los miembros de la Compañía de Jesús son favorables a la libertad de discusión y de crítica en la Iglesia y un 29% asegura que son favorables a la sumisión sin reserva a todas las decisiones del Papa y de los obispos.

Respecto a temas de tipo social, un 53% de los encuestados opina que los jesuitas son contrarios al uso de métodos anticonceptivos por las parejas; un 63%, que son personas partidarias de defender a los pobres y un 39% cree que son defensores de la posición económica de la Iglesia en materia económica y política. Quizá por tradición, un 68% de los consultados no sería partidario, en caso de tener hijos en edad escolar, de llevarlos a una escuela dirigida por jesuitas.

Sobre 100 personas que piensan llevar a sus hijos en edad escolar a un centro dirigido por jesuitas, un 64% lo hace porque cree que los jesuitas forman elites, un 86% porque la disciplina es estricta, un 75% porque los centros de la compañía dan una sólida educación cristiana.

La encuesta fue realizada en Francia por Le Monde-Lavie entre el 27 y 30 de agosto pasado con 1.004 personas mayores de 18 años, por elmétodo de cuotas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_