Los 'barones' del PSOE afirman que la salida de Guerra no se produciría con la crisis de Gobierno

Alfonso Guerra puso a comienzos de este mes su cargo de vicepresidente del Gobierno a disposición de Felipe González. El presidente comunicó el pasado día 12 a los principales dirigentes del partido en Andalucía, Comunidad Valenciana, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia, reunidos en La Moncloa, que Guerra le ha reiterado su preferencia por dejar el Gobierno y le ha dicho que haga los cambios en el Gabinete con la máxima libertad. Tras la reunión, varios asistentes dedujeron que Felipe González dará un trato "específico" a la salida de Guerra del Ejecutivo, cuando se produzca.

Felipe González fue lacónico al transmitir a los "barones" guerristas que Alfonso Guerra le había comunicado recientemente que debía efectuar con toda libertad los cambios que considere oportunos en el Gabinete y que para ello puede disponer de su propio cargo de vicepresidente. El jefe del Ejecutivo no aportó indicios inequívocos de cuáles son sus planes a este respecto, y sus interlocutores abandonaron la reunión con diferentes suposiciones sobre la decisión definitiva de González.En lo que coincidieron, en cambio, fue en la convicción de que "la salida de Guerra del Gabinete se realizará al margen de la remodelación dedicada a sustituir a algunos ministros", según señaló posteriormente Carlos Sanjuan, secretario general de los socialistas andaluces y uno de los participantes en la reunión del pasado día 12. Los otros asistentes fueron los secretarios generales del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE), Joan Lerma; de la Federación Socialista de Castilla-La Mancha, José Bono; de la Federación Socialista de Murcia, Carlos Collado, y un destacado dirigente de la Federación socialista de Extremadura. Colectivamente suman el 60% de los votos que serán emitidos en el 322 Congreso federal del PSOE, convocado para comienzos de noviembre.

El 'caso Juan Guerra'

Tanto Sanjuan, uno de los dirigentes socialistas más identificados con Alfonso Guerra, como algunos otros "barones" regionales defendieron ante González que el vicepresidente ha sido uno de los garantes de la coordinación del Gobierno y del PSOE. "Alfonso ha hecho una exposición razonada de su disposición a facilitar su salida", precisó a este diario el secretario general del PSOE de Andalucía, "pero no se debe romper un esquema que ha funcionado", resaltó.Joan Lerma opinó durante la reunión que la sustitución de Alfonso Guerra no resuelve el problema de las responsabilidades en que haya incurrido Juan Guerra y que aunque el vicepresidente abandone el Ejecutivo no cejarán las críticas al PSOE por el comportamiento de su hermano.

El rumor de que el vicesecretario general de¡ PSOE desea marcharse del Gobierno, propagado como tal en algunas instancias del Partido Socialista, ha servido para que Guerra haya suscitado numerosas peticiones para que se quede, según fuentes del aparato del partido. Estos medios confian en que si el vicepresidente deja sus responsabilidades gubernamentales asuma un protagonismo pleno en la dirección del PSOE.

Numerosos dirigentes socialistas y varios miembros del Gobierno coinciden en opinar que si González no realiza algún cambio en el Gabinete antes del día 12 de octubre, esperará ya a que concluya el 32º Congreso federal del PSOE, a mediados de noviembre, para efectuar los relevos ministeriales. Si la remodelación no se materializa ahora, es más fácil que se produzca un debate político abierto, que concluya con la formación de una ejecutiva federal menos "monolítica", según los defensores de la "renovación" del equipo dirigente.

Por su parte, los guerristas han optado por provocar un debate sobre propuestas políticas en el que "cada cual se retrate". El pasado viernes, Carlos Sanjuan presentó públicamente en Sevilla una ponencia política dela federación socialista andaluza para ser debatida en el Congreso federal. Una iniciativa destinada a "reconducir el enfrentamiento personal a un debate sobre ideas", según uno de sus autores, pero también para empujar a quienes no están de acuerdo en ofrecer una alternativa y desafiarles a que se sometan al veredicto de las urnas.

El pasado mes de julio, tanto el ministro para las Administraciones Públicas, Joaquín Almunia, como el ex ministro de Educación, José María Maravall, y otras personalidades socialistas que reclaman una mayor "habitabilidad" en el PSOE se habían mostrado partidarias de elaborar una ponencia política. La redacción de un documento de estas características no estaba prevista, e incluso fue descartada por Alfonso Guerra.