Ejercicios para mantener joven el cerebro

Todos los participantes en el simposio sobre la demencia senil celebrado en Pamplona coincidieron en recomendar el ejercicio cerebral a las personas de la tercera edad como método para aminorar o retrasar la posible aparición de este tipo de dolencia degenerativa. Las investigaciones efectuadas hasta ahora han permitido comprobar que la incidencia de problemas mentales seniles es sensiblemente más alta entre las personas analfabetas que en aquellas con una actividad intelectual abundante.El doctor Joaquín del Río, presidente de la Sociedad Española de Neurociencia y profesor de Farmacología de la Universidad de Navarra, aseguró que la demencia tiene un curso más rápido en los ancianos que son internados en residencias que en aquellos que permanecen en sus hogares.

Por ello Del Río estimó necesario propiciar la asistencia domiciliaria a las personas mayores como alternativa a las residencias, y recomendó una subida de las pensiones que permita a los mayores ser atendidos en sus casas y retener mayores estímulos ambientales en su cerebro.

Factores de crecimiento

El neurocirujano Luis María Gonzalo manifestó que hasta la fecha los tratamientos de la demencia senil no han dado resultados demasiado positivos, consiguiendo únicamente aminorar la velocidad de desarrollo de la enfermedad.

Del tratamiento con el fármaco Hydergina, que produce una vasodilatación cerebral y actúa como terapia funcional sustitutiva de las neuronas que mueren, se ha pasado a la vía del ensayo con los llamados factores del crecimiento nervioso.

La utilización de los factores de crecimiento nervioso provocó una gran disparidad de opiniones entre los especialistas asistentes al simposio. Hubo quienes los consideraron positivos por favorecer la plasticidad neuronal y desarrollar más comunicaciones (sinapsis) en las células vivas.

Otros, por el contrario, se mostraron opuestos a su utilización al calificar de "irracional" el tipo de desarrollo que producen estos factores y asegurar que tales uniones celulares no sustituyen de ninguna manera a las funciones desempeñadas por las células cerebrales que resultan dañadas a causa de la demencia.

Los especialistas hablaron, por último, sobre implantes celulares en el cerebro, ya utilizados en pacientes con el mal de Parkinson. A estos enfermos se les Injerta en el cerebro tejido de su propia médula suprarrenal que produce neurotransmisores parecidos a los existentes en las zonas afectadas.

Los resultados obtenidos han positivos, aunque poco duraderos en el tiempo, lo que obliga a efectuar trasplantes frecuentes.