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La nueva genética replantea las teorías de Darwin, según biólogos reunidos en Madrid

Para los científicos, la evolución de las especies es obvia aunque existan minorías religiosas que se niegan a aceptarla. Sin embargo, casi siglo y medio después de que Darwin publicase su teoría sobre el origen de las especies, los biólogos han tenido que replantear su análisis de la evolución para incorporar su nueva comprensión de la estructura interna de las células y las técnicas de ingeniería genética. Especialistas en genética discuten en Madrid esta semana, en dos reuniones científicas, los mecanismos por los que una célula origina un ser vivo complejo, la evolución del hombre, o el surgimiento de nuevas especies.

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"La evolución hasta ahora se había basado en la morfología, en la apariencia externa de los seres y ahora está investigándolos por dentro, a nivel del libro de instrucciones" explica el biólogo de origen español Francisco Ayala, profesor de Biología y de Filosofía de la Universidad de Irvine (California, EE UU), que ha inaugurado esta semana la 25 edición de las Jornadas de Genética Luso-españolas en la Universidad de Alcalá de Henares. "Uno de los problemas más importantes al que estamos incorporando la ingeniería genética es el desarrollo, es decir, cómo la información genética que está en un huevo se convierte en ojos o en nariz de un individuo"."Otro gran tema es el de la evolución misma, cómo se originan nuevas especies, qué es lo que determina que unos linajes evolucionen más rápidamente que otros o que se extingan. La tercera cuestión, en que se está avanzando mucho, es la comprensión del cerebro, las reacciones químicas que se transforman en pensamientos, palabras o emociones".

100 generaciones

La habilidad de modificar las especies adquirida con el descubrimiento del ácido desoxirribonucleico (ADN), la clave de la herencia, es una técnica poderosa para la biología evolutiva, según explica Ayala, de 56 años, que desde 1961 investiga en EE UU . "Yo trabajo, por ejemplo, con un gen que juega un papel muy importante en proporcionar a los seres vivos resistencia a la radiación, los agentes químicos y otros insultos ambientales. Hago los experimentos con la mosca de la fruta pero también tienen el gen las personas y los ratones. Con las técnicas de ingeniería genética puedo quitar o poner ese gen en las moscas y hacer comprobaciones en 100 generaciones. Además, como el gen está presente en todos los seres puedo comparar bacterias, hongos, plantas y animales, y analizar su evolución".El análisis en el nivel molecular de las especies permite hacer predicciones científicas verificables, explica Ayala. "No para decir qué va a pasar dentro de millones de años, a escalas largas de la evolución, pero sí para comprobar, por ejemplo, si el hombre y el chimpancé tuvieron un antepasado cercano. En la historia evolutiva del hombre quedan por estudiar gran cantidad de detalles. Sin embargo, se ha resuelto uno de los grandes problemas: si se produjo primero el aumento del tamaño del cerebro o el bipedalismo. Ahora sabemos que nuestros antepasados aprendieron a andar como nosotros antes de que aumentase su cerebro. La separación entre la especie humana y el chimpancé tuvo lugar hace unos ocho millones de años".

La información genética contenida en el núcleo de las células de las personas puede aportar en el futuro nuevas pruebas a la espectacular hipótesis del biólogo de la universidad de Berkeley Allan Wilson, que ha participado en la reunión que se celebra hasta hoy en la Fundación Juan March (Madrid).

Una Eva común

Según Wilson, todas las razas humanas tienen un ancestro común, una madre única que vivió 6.000 generaciones atrás en Africa, hace 150.000 años. "Los hombres tienen muy poca diversidad en el sentido genético. Todos los humanos están unidos por lazos genéticos contiguos hasta una Eva común", afirmó.También de mano de la ingeniería genética los científicos pueden abordar el origen de la vida. Según Ayala, pocos biólogos serios dudan que la vida puede empezar a partir de materia inorgánica: "Se ha creado ya vida en laboratorio a partir de los compuestos elementales. La cuestión es explicar cómo empezó, a través de que pasos. La hipótesis más modernas sugieren que todo empezó con una especie de virus muy primitivos y en esta línea ha presentado un trabajo muy interesante en estas jornadas el biólogo español Andrés Moya. Es muy fácil fabricar esos virus pero eso no quiere decir que la vida empezó así. Todavía es un tema muy especulativo".

Pere Alberch, director del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid y organizador de la reunión de la Fundación March, cree que el problema del origen de la vida pertenece más bien al campo de la bioquímica, ya que está demasiado alejado de la biología. "Sin embargo, lo que sabemos ahora del genoma y de los sistemas de desarrollo indican que la evolución sucede de manera distinta a la imaginada por Darwin. Es un sistema mucho más complejo". Alberch comenta que los biólogos están reanalizando con las nuevas técnicas fósiles archivados hace más de 100 años.

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