EE UU cancela una masiva venta de armas a Riad

La Administración M presidente George Bush ha decidido congelar momentáneamente una masiva venta de armas a Arabia Saudí, por valor de 21.000 millones de dólares, ante la renuencia de] Congreso a considerar una petición en este sentido que, en opinión de los legisladores, provocaría una nueva carrera de armamentos en Oriente Próximo.

Por otra parte, Bush ha vuelto a advertir a Irak que Estados Unidos adoptaría "nuevas medidas' no especificadas si las sanciones económicas en vigor no bastan para forzar una retirada de las tropas iraquíes que invadieron Kuwait.La reacción del Congreso ante la decisión del Pentágono de vender armas a Riad por valor de 21.000 millones de dólares, el contrato más alto de la industria armamentista, fue expresada al secretario de Estado adjunto, Lawrence Eagleburger, durante una comparecencia en el subcomité de asignaciones de la Cámara para discutir la condonación de la deuda militar de Egipto, por valor de 7.100 millones de dólares.

El presidente del subcomité, el demócrata David Obey, consideró que el paquete de armas que el Pentágono pretendía vender a Arabia Saudí era "enormemente exagerado" y contribuiría a iniciar "una nueva carrera de armas en Oriente Próximo de unas dimensiones sin precedentes". La advertencia del congresista estadounidense responde a una realidad palpable.

Israel pide

Nada más conocer la intención norteamericana de vender nuevas armas a Arabia Saudí, Israel se apuntó al carro de los pedigüeños y solicitó de Washington una ayuda militar adicional por valor de 1.000 millones de dólares durante una visita oficial a la capital de Estados Unidos de su ministro de Defensa, Moshe Arens, que finalizó el pasado miércoles.

Sin embargo, Arens sólo pudo conseguir la promesa del envío de dos baterías de misiles tierra-aire Patriot y 10 helicópteros de carga CH-53, así como el arriendo a largo plazo de un número no especificado de los aviones de combate F-15.

Dentro de la política oficial seguida por Washington, desde el inicio del conflicto del Golfo, de intentar conseguir que Israel se mantenga en la sombra para no hacer, el juego al presidente iraquí, Sadam Husein, el Pentágono no quiso comprometerse a la venta de los modernos F-16 a la Fuerza Aérea israelí.

El paquete destinado a Arabia Saudí, objeto de nueva reconsideración por parte del departamento de Defensa ante los recelos del Congreso, incluía la venta de 24 nuevos F-15, cientos de misiles aire-aire, 48 helicópteros Apache, tanques pesados M-1 -los mismos que utilizará el Ejército norteamericano si se desencadenan las hostilidades contra Irak-, sistemas de defensa antiaérea Patriot, proyectiles Stinger y miles de toneladas de municiones.

Entretanto, en un discurso pronunciado durante un acto electoral en San Francisco, el presidente George Bush volvió a exigir la retirada de las tropas iraquíes del territorio kuwaití y el restablecimiento de su Gobierno, y amenazó con tomar "medidas adicionales" si el embargo comercial y la diplomacia no son suficientes para conseguir esos objetivos.