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Solchaga: "Quizá tengamos que hacer algún incremento en las tarifas impositivas"

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, dejó ayer la puerta abierta a una subida de impuestos sin precisar a qué figuras afectaría. El ministro dijo textualmente: "Quizá tengamos que hacer algún incremento. en las tarifas impositivas, pero es el deseo del Gobierno que el mayor peso del ajuste venga del lado de la austeridad en el gasto". En su respuesta a una interpelación del CDS sobre las orientaciones de la política económica, Solchaga señaló que el mantenimiento de la restricción monetaria se traducirá en que los tipos de interés no variarán y que el nuevo contexto internacional apunta a que disminuirán las presiones alcistas sobre la peseta.

El debate en el Senado sobre las repercusiones de la crisis del Golfo en la economía española, como segunda edición del celebrado la pasada semana en el Congreso, se desarrolló en un clima de mayor entendimiento. Solchaga se felicitó de que la interpelación del CDS fuera "oportuna" y estuviera "bien planteada" a diferencia, en su opinión, de la presentada por el Grupo Popular en el Congreso.Tal vez por ello, el ministro fue más preciso en sus explicaciones. Así, se refirió a la subida de impuestos como una de las medidas del plan de ajuste económico. En los pasillos del Senado no quiso, sin embargo, concretar a qué impuestos afectaría este incremento. "Tenemos que enviar el proyecto de ley de Presupuestos a las Cortes y a través de ella todos los impuestos son modificables", añadió ante los periodistas al término de su intervención.

No obstante, aclaró que el mayor peso del ajuste económico vendrá del lado del gasto público, cuyo crecimiento en 1991 será inferior al de la economía, lo que acarreará la reducción del déficit público a la mitad respecto de lo esperado para este año. Como prioridades del gasto se elevarán las aportaciones a la Seguridad Social, la educación y la sanidad. También crecerán por encima de la media los gastos destinados a obras públicas, transportes y comunicaciones y los proyectos relacionados con los acontecimentos de 1992.

Política monetaria

Respecto a la segunda pata del ajuste económico, es decir, la política monetaria, Solchaga reiteró que se mantendrán las actuales restricciones. Su efecto "no será una subida de los tipos de interés, aunque tampoco se trata de bajarlos para financiar determinados gastos", precisó el ministro.La no variación en el precio del dinero contrastará, en su opinión, con la subida que se puede producir en los países de nuestro entorno. "Siniestro diferencial de tipos se agranda, la tendencia a la apreciación de la peseta debería aliviarse". El tipo de cambio de la peseta, según el ministro, "se moverá por la oferta y la demanda en los mercados financieros, todo ello dentro de la banda de fluctuación acordada en el SME".

El peligro de la situación creada tras la crisis del Golfo es, para el ministro, que disminuya la entrada de capitales extranjeros en España, debido a que otras monedas actuarán como refugio en unos momentos de inseguridad e incertidumbre en los mercados.

Ello afectará al desequilibrio exterior en mayor medida que a la inflación ya que, según Solchaga, la posición española en Orecios es relativamente buena, ya que el diferencial de inflación con la CE se encuentra en estos momentos en su cifra más baja desde el año 1984 (medio punto).

El ministro de Economía intentó una vez más restar crudeza al ajuste anunciado. Si el precio del barril de petróleo se mantiene este año en el en torno de los 26 dólares el barril y el año que viene en una media de 24 dólares "el impacto no tiene que ser dramático".

La tercera pata del ajuste económico, es decir, la moderación en las rentas fue argumentada así por Solchaga: "Con el petróleo más caro, perdemos riqueza y ello tiene que afectar al Estado, a los trabajadores y a las empresas". El ministro puso como ejemplo de comportamiento ante la nueva situación la actitud de la CEOE, que ha reconocido "un impacto sobre los beneficios empresariales al comprometerse a estabilizar los precios".

No fue igualmente comprensivo con los sindicatos. En su opinión, "si las centrales no aceptan esta pérdida de riqueza tendremos problemas en la inversión y en el empleo". La concertación "que ofrece el Gobierno desde la buena fe y no desde la amenaza es ahora más necesaria que nunca", señaló Solchaga.

Por su parte, el gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, descartó ayer una devaluación de la peseta porque, en su opinión, no existen por ahora razones en el mercado de ofertas y demandas de exportación e importación de bienes y servicios que motiven una medida de esta naturaleza, según informa nuestra corresponsal Rubio, que viajó a Caracas para participar en la asamblea anual de bancos emisores de Latinoamérica y España, aseguró que el actual tipo de cambío de la peseta se va a mantener, pero no especificó por cuánto tiempo, porque en estos momentos no hay elementos en el mercado que impulsen una devaluación de la moneda, lo que no depende del Gobierno ni del Banco de España.

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