"Puño de acero" policial en Suráfrica para acabar con las matanzas tribales
La policía surafricana hizo público ayer el comienzo de una operación policial, llamada Puño de acero, en los guetos negros de Johanesburgo para acabar con la guerra entre los partidarios de las organizaciones Inkhata y Congreso Nacional Africano (ANC). Esta decisión sigue al llamamiento hecho el viernes por el líder ANC, Nelson Mandela, para que el Gobierno reaccione enérgicamente ante las matanzas.
"El puño de acero comenzará a actuar; la policía y las fuerzas de defensa acabarán definitivamente con esta violencia intolerable", declaró el general Gerrit Erasmus, jefe de la policía del área de Johanesburgo, una de las más castigadas por los disturbios raciales, que en las últimas cinco semanas se han cobrado al menos 757 víctimas.Un portavoz del ANC, la principal organización surafricana opositora al apartheid, declaró recientemente que si la estrategia del puño de acero hubiese sido implantada desde el comienzo de los enfrentamientos se habrían salvado muchas vidas humanas. El propio Mandela hizo el viernes un llamamiento para la adopción de una acción más enérgica que incluyese el despliegue de tropas por parte del Gobierno dirigido por la minoría blanca. Según dijo, si la actual ola de violencia continúa, Suráfrica será víctima de "una guerra civil a gran escala". Sin embargo, ayer, Nelson Mandela criticó la operación calificándola de "licencia para matar" y calificó erl plan de peligro, imprudente e ineficaz".
El dirigente negro reiteró sus denuncias de que un grupo derechista es el responsable de atizar la guerra de los guetos con el fin de entorpecer las negociaciones que actualmente mantiene con el presidente Frederik De Klerk de cara a la reforma política surafricana. Mandela también ha acusado al Gobierno de mantenerse frío "mientras los negros se matan entre ellos".
Advertencia a los agresores
"Si Mandela quiere un puño de acero, se lo daremos", dijo ayer Erasmus, indicando también que las enérgicas medidas policiales forman parte de un plan de paz propuesto por el presidente De Klerk al dirigente negro en la reunión que ambos mantuvieron el viernes. "El objetivo de las barreras policiales es acabar con estos tumultos asesinos", dijo, señalando asimismo que el viernes ya fueron establecidos puestos de control en las carreteras y se efectuaron requistamientos de armas. "Hago una advertencia a todos aquellos agresores, para que no lo intenten y se escondan...", añadió, tras indicar que la mayor parte de las medidas serán adoptadas esta semana.
Además de estos controles, están el plan de reclutamiento de reservistas y la concentración en Johanesburgo de efectivos policiales y militares procedentes de varias zonas del país con el fin de reforzar las fuerzas locales; la instalación de ametralladoras ligeras en vehículos blindados de la policía, o la implantación de alambradas en tomo a los 31 hostales sólo para hombres, donde se hospedan unos
125.000 obreros emigrantes, en su mayoría zulúes.
Dichos hostales se han convertido en los focos de las batallas campales entre los zulúes, simpatizantes del movimiento Inkhata, de Mangosuthu Buthelezi, y rival del ANC, al que apoya la mayoría de los residentes de los suburbios negros de Johanesburgo.
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