Encuentro en la tercera fase

La unión monetaria de la CE llegará con la creación de una moneda única, emitida bajo la sola responsabilidad del Eurofed, un organismo a crear concebido como un sistema federal de bancos centrales europeos. Ese día, aún por concretar, Europa habrá entrado en la tercera fase de la unión económica y monetaria (UEM).

Los beneficios de convertir el ecu en una moneda única son irrechazables, si se tiene en cuenta que el ahorro sólo por suprimir los gastos de cambio de divisas entre los Doce se eleva a 2,6 billones de pesetas al año. La unión económica y monetaria será también el complemento lógico al mercado único de 1993. En la tercera fase la Comunidad tendrá una política monetaria única, iguales tipos de interés y el objetivo será "la búsqueda incansable de la estabilidad de precios, condición para una moneda fuerte y para permitir un crecimiento continuo, duradero y generador de empleo y prosperidad", afirma la última propuesta de la Comisión Europea.

Compromiso político

El modelo de UEM en tres fases, a causa de la envergadura de la reforma, fue aceptado en junio 1989 en la cumbre de Madrid y en esa decisión jugó un papel el empeño del Gobierno español. De Madrid salió la fecha del inicio de la primera fase, de acercamiento de las economías de los Doce, en marcha desde el pasado 1 de julio.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la CE reafirmaron su compromiso político de avanzar hacia la unión monetaria en diciembre de 1989 en Estrasburgo. Allí se alcanzó el acuerdo de convocar una conferencia intergubernamental, que será la encargada de decidir a partir del 13 de dicíembre la reforma de los tratados de la CE para fijar el alcance de la cesión de soberanía que necesitan un banco central europeo y una moneda única. En junio de este año, en la cumbre de Dublín, los Doce vincularon el reto de la unión económica y monetaria a la unión política.