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La inflación en el Reino Unido alcanza el 10,6%, la más alta desde 1982

La amenaza de la recesión económica cobra fuerza en el Reino Unido después de que la inflación de agosto situara la cota interanual en el 10,6%, la más alta de los últimos ocho años y superior a la que Margaret Thatcher heredó de los laboristas en mayo de 1979.. El desempleo está en ligera alza, lo mismo que los costes de una producción industrial en baja, mientras los tipos de interés van a seguir altos durante meses.

Según todos los indicios, la inflación seguirá ascendiendo y con ello dejando en evidencia la predicción del ministro de Hacienda, John Major, de que a final de año el incremento del coste de la vida no iría más allá del 7,25%.Norman Lamont, número dos de Major, sólo pudo reconocer ayer que la cifra del 10,6%. era "mala y decepcionante" y no halló otra salida para la embarazosa situación que prometer que la inflación bajará el próximo año. "Combatir la inflación es primera prioridad económica del Gobierno", volvió a repetir.

El secretario del Tesoro hizo hincapié en que un tercio del 0,8% de incremento en el índice de precios registrado sobre el mes de julio era debido a la subida de los precios del petróleo y que la sequía de este verano había empujado al alza los precios de los productos alimenticios. La oposición, sin embargo, calificó tales comentarios de explicaciones vanas. La cota del 10,6% "no es resultado de la crisis del Golfo", dijo John Smith, responsable de Hacienda en el partido Laborista. "Nuestros principales competidores", añadió, "viven en el mismo mundo que nosotros y tienen una inflación más baja". Para Smith todos los males tienen su raíz en la "profundamente incompetente gestión económica" conservadora.

Los analistas de la City, por su parte, se ahorraron juicios para comentar la cifra y hacer prospectiva. Los incrementos anunciados la víspera en los costes por unidad producida, junto a la caída de la producción y la perspectiva del mantenimiento de los altos tipos de interés por más tiempo de lo previsto junto al despunte del paro les hace hablar de un creciente riesgo de recesión económica.

Los tipos de interés van a seguir altos para disuadir un consumo que sigue engordando el déficit comercial y para mantener la cotización de una libra que carece de la relativa protección del Sistema Monetario Europeo (SME) del que la vigorosa inflación la sigue manteniendo alejada.

La libra y el SME

En la cumbre comunitaria de Madrid, celebrada en junio de 1989, Thatcher impuso como condición para integrarse plenamente en el SME que la inflación británica fuera análoga a la de los restantes países y en la actualidad la inflación básica, excluidos los efectos del poll-tax (nueva contribución urbana) y de los préstamos hipotecarios, es del 7,9%, casi el doble de la francesa. Chris Antony, economista de UBS-Phillips and Drew, cree que ahora hay sólidos fundamentos para dudar de la integración de la libra este año en el Sistema Monetario Europeo.La inflación va seguir creciendo porque los efectos de la subida de los precios de los carburantes sólo han quedado parcialmente recogidos en la presente cifra, con lo que la última jornada del congreso conservador de dentro de un mes se verá previsiblemente marcada con la mala noticia de un nuevo tope inflacionario. Un riesgo adicional para el panorama económico es que la nueva ronda de negociaciones salariales tome como referencia estas cifras y las venideras. Lamont advirtió que si no hay contención en las demandas sindicales el paro terminará por dispararse.

La bolsa reaccionó negativamente a la noticia de la alta inflación, pero la libra no se inmutó.

El jueves el Gobierno anunció que el desempleo había llegado al 5,8% sobre la población laboral en agosto frente al 5,7 en marzo.

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