Mercado
En un reciente artículo de Octavio Paz aparecido en este periódico bajo el título La experiencia de la libertad afirmaba el autor mexicano que "el mercado libre es el sistema mejor para asegurar el desarrollo de las sociedades y el bienestar de las mayorías". Tras matizar este juicio llegando a la conclusión de que el mercado es "una de las expresiones del pacto social", Octavio Paz dirige su pluma al mundo de la cultura para afirmar, unas líneas más abajo, que "las leyes del mercado no son estrictamente aplicables a la literatura, al pensamiento y al arte", A propósito de esto dice: "Pienso en la solapada dominación del dinero y el comercio en el mundo del arte y en la literatura".Conecta este último pensamiento de Paz con una queja muy generalizada en nuestro país, donde se alude con frecuencia a maniobras publicitarias o comerciales para explicar el éxito de determinadas obras literarias. No es raro que tal queja proceda a su vez de personas que no cuestionan las leyes del! mercado cuando éstas se aplican al mundo de la alimentación, por poner un ejemplo. Curiosamente, cualquiera que conozca un poco el mundo editorial español debe saber que la palabra marketing no ha pasado aún por la mayoría de los despachos de nuestros editores, entre otras cosas porque el negocio no da para mantener una maquinaria tan costosa. Pero la cuestión no es ésa, no; lo que resulta sorprendente es que se admita sin rubor que la calidad de un aceite o de una vivienda se abandone a las leyes del mercado y se exija que éstas queden en suspenso cuando el producto de que hablamos es un libro. ¿Lo que es bueno para el estómago es malo para la inteligencia? ¿No es lícito pensar en "la solapada dominación del dinero y el comercio" en el mundo de la construcción o de la política? ¿O es que esa "solapada dominación" ensucia de un modo selectivo y la ha tomado ahora con los libros?
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