Bush proclama que Estados Unidos liberará Kuwait a toda costa
Estados Unidos está totalmente decidido a impedir que se consume la anexión iraquí de Kuwait y así se lo ha hecho saber a Sadam Husein el presidente George Bush. "No estoy profiriendo una amenaza, me limito a decir lo que va a pasar", afirmó Bush ante un Congreso totalmente entregado en el que republicanos y demócratas avalaron su política en el Golfo. Horas después, Bush grababa un mensaje televisado al pueblo iraquí y daba cinco días a Irak para que lo difunda. Si no, lo hará la Casa Blanca.
Por su parte, el jefe del Gobierno italiano, Giulio Andreotti, hablando en nombre de la Comunidad Europea, que este semestre preside Italia, advirtió a Irak que su intransigencia a la hora de aceptar la orden de la ONU para que sus tropas abandonen Kuwait puede desencadenar "una guerra devastadora".El presidente estadounidense, en su primera comparecencia ante una sesión conjunta de la Cámara de Representantes y del Senado desde la invasión iraquí de Kuwait el 2 de agosto, expresó asimismo la firme disposición de Estados Unidos de "impedir la proliferación de tecnologías químicas, biológicas, de misiles y sobre todo nucleares".
"Sadam Husein está intentando literalmente borrar un país de la faz de la tierra. Esta afirmación no constituye ninguna exageración. Ni tampoco es una exageración afirmar que fracasará", añadió. "Ningún dictador puede contar ya con el enfrentamiento Este-Oeste para impedir una acción concertada de las Naciones, Unidas contra la agresión. Una nueva colaboración ha empezado", aseguró el presidente norteamericano al analizar su reciente entrevista en Helsinki con el jefe del Estado soviético, Mijaíl Gorbachov.
El ayatolá Alí Jamenei, sucesor de Jomeini como líder espiritual de Irán, considera quelos caídos en una eventual guerra contra las tropas norteamericanas desplegadas en el golfo Pérsico (especialmente en Arabia Saudí, país que alberga los santuarios musulmanes de La Meca y Medina) serían considerados mártires de la yihad o guerra santa. Si bien Irán también condena la ocupación iraquí de Kuwait y se muestra respetuoso con el embargo decretado por la ONU, diversas informaciones sugerían ayer que Teherán podría facilitar alimentos y medicinas a su vecino a cambio de petróleo. El comité de sanciones de ¡a ONU se encuentra enzarzado en duras polémicas sobre las condiciones en que podría admitirse el envío de ayuda humanitaria a Irak.
Mientras tanto, el debate celebrado ayer en el Congreso de los Diputados español sobre las consecuencias de la crisis del Golfo puso de manifiesto las dificultades para alcanzar un acuerdo sobre las medidas de ajuste necesarias para afrontar la nueva situación. El portavoz del Grupo Popular, Rodrigo Rato, pidió la dimisión del equipo económico "por falta de credibilidad".
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