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España no hará con Cuba borrón y cuenta nueva

España no reanudará por ahora su cooperación económica con Cuba, a pesar de que la llamada crisis de las embajadas entre ambos países ha quedado formalmente cerrada con la salida, el martes, de la sede diplomática española, de los cinco últimos refugiados que permanecían en ella, según indicaron fuentes diplomáticas.

"No creo, y lo siento, que podamos ya decir: borrón y cuenta nueva", afirmó el subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores, Inocencio Arias, que acababa de despachar con su ministro, Francisco Fernández Ordóñez. El ministro viajó ayer por la mañana a Budapest, donde insistió en que España "no ha llevado a cabo ningún tipo de negociación" con Cuba."No pienso", prosiguió el número dos de Exteriores, "que la normalización de relaciones con Cuba, incluida la reanudación de la cooperación económica, sea para mañana". "Estos incidentes, que en ningún caso hemos provocado nosotros, lamentablemente dejan un poso".

La suspensión de la cooperación económica, que asciende en el actual ejercicio presupuestario a cerca de 250 millones de pesetas, fue una de las dos sanciones que el Gobierno adoptó contra el régimen castrista después de que uno de sus máximos responsables, Carlos Aldana, criticase virulentamente a Fernández Ordóñez. A petición de España, la Comunidad Europea también interrumpió en julio su colaboración, más bien simbólica, con la isla caribeña.

Con anterioridad a esta decisión, el Gobierno llamó a consultas a su embajador en La Habana, Antonio Serrano de Haro, pero esta medida está a punto de ser levantada con la incorporación, este mismo mes, de un nuevo jefe de misión, Gumersindo Rico, al frente de la representación diplomática española

Satisfacción

La diplomacia española se muestra bastante satisfecha de su manera de hacer frente durante 55 días a la crisis hispano-cubana, porque, a diferencia de otras embajadas europeas en La Habana logró que los nueve agentes infiltrados por la policía política castrista en su embajada no provocasen a los auténticos refugiados que llegaron a ser nueve, ni armasen escándalos, como sucedió en el domicilio del encargado de negocios checoslovaco.Para ello, los llamados fornidos, cuya documentación había sido fabricada en días anteriores y que no revelaron su dirección particular a los funcionarios españoles que les atendieron, fueron no sólo colocados en una planta diferente del resto de los refugiados, sino que fueron separados entre ellos para ser más fácilmente controlables por los nueve geos españoles. Cuatro geos regresarán a Madrid en los próximos días.

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El encargado de negocios español en La Habana, Ignacio Rupérez, y su equipo no lograron -evitar, en cambio, que los familiares de algunos de los refugiados, como el padre de Maribel López Mingolarra o la madre de los hermanastros Ruiz, les presionasen para que depusieran su actitud alegando enfermedades o llorando ante la embajada.

El llanto de los familiares, la interminable espera y la promesa de las autoridades cubanas de que no tomarían represalias acabaron incitándoles a abandonar el recinto diplomático. En sus contactos con el Gobierno español, la cancillería cubana dio además a entender que, cuando saliesen, los refugiados podrían ser candidatos a emigrar del país como los demás ciudadanos y que su paso por la embajada no les perjudicaría

El secretario de Estado para la Cooperación Internacional, Luis Yáñez, declaró ayer en París que "queremos seguir siendo los mejores amigos de Cuba en el extranjero". Añadió: "Puede haber altibajos por la situación de crisis que vive el régimen cubano". Yáñez, que se encuentra en la capital francesa para intervenir en la conferencia de Países Menos Avanzados, aseguró también que espera que se normalicen las relaciones entre los dos países.

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