Cumbre sorpresa de Gorbachov y Bush el 9, en Helsinki, sobre el Golfo

Los líderes de las dos superpotencias buscarán el próximo domingo, día 9, en Heisinki, una salida a la crisis del golfo Pérsico. La reunión de George Bush y Mijaíl Gorbachov será la primera en 50 años en la que Estados Unidos y la Unión Soviética discutirán un tema militar, sin recelos ni enfrentamientos, como aliados, y no como rivales o enemigos.

Bush comentó que hablaría con el líder del Kremlin de "asuntos relacionados con el control de armas" y dio a entender que no todo es Golfo en la situación internacional actual. Pese a ello, admitió que la crisis desatada por la invasión iraquí de Kuwait, el pasado 2 de agosto, será el punto principal de la agenda de la cumbre que en principio está previsto que dure tan sólo unas horas. Será ésta la tercera reunión que mantengan los líderes de las dos superpotencias.Según fuentes de la Casa Blanca, Bush y Gorbachov no han hablado por teléfono desde que estalló la crisis, aunque sí lo han hecho en numerosas ocasiones sus ministros de Asuntos Exteriores, James Baker y Edvard Shevardnadze.

La primera vez que el número uno de la Unión Soviética se ha referido en público a la crisis fue el pasado viernes, para condenar la anexión por la fuerza de Kuwait y respaldar el despliegue militar de Estados Unidos en Arabia Saudí, acción que consideró "de acuerdo con la carta de las Naciones Unidas".

El diálogo tenía ayer otra cita, que había despertado grandes esperanzas. Sin embargo, la primera fase de la "mediación personal" del secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, concluyó ayer en Aminán sin resultados concretos. Tras sus reuniones con el jefe de la diplomacia iraquí, Tarek Aziz, éste se limitó a decir que la solución el conflicto del golfo Pérsico exige mucha "paciencia" y "diplomacia tranquila".

El ministro insistió en la necesidad de encontrar una solución árabe. "No hay otra", precisó. "Eso no significa que la comunidad internacional no esté también interesada o involucrada, ni que el secretario general [de la ONU] no tenga que jugar un papel".

Entretanto, a última hora de la tarde se mantenía aún la incertidumbre sobre el despegue desde el aeropuerto de Bagdad de tres aviones que debían trasladar a sus países de origen a centenares de mujeres y niños occidentales a los que Sadam Husein había facilitado salvoconductos de salida. Entre ellos se encontraban 52 españoles, que tenían que llegar a Francfort en un vuelo de Lufthansa para seguir viaje a Madrid en un aparato de la Fuerza Aérea Española. Por causas que se desconocen, los tres aviones se encontraban en tierra horas después de su fecha prevista de salida.

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