Gurb, en Cáceres
Hoy [22 de agosto], por fin, compruebo que se tienen las primeras noticias de Gurb. Y aunque me alegre por ello, sin embargo, me veo en la obligación de comunicar que albergo serias dudas sobre el particular, pues hace bien pocas fechas, con motivo de que un detenido carecía de huellas dactilares en las yemas de sus dedos, nos colocó en la certeza de que aquel individuo, a pesar de su perfecto y acabado antropomorfismo, no era exactamente un ser humano. Ello nos obligó a ponerlo en conocimiento de la Brigada Judicial, cuyos, esforzados funcionarios, tras una sutil encuesta, le hicieron cantar su condición alienígena, descubriéndole incluso el secreto de su auténtica identidad una vez se prestara a practicarse una autorretrotransmutación, operación, que lo redujo a su genuina y sorprendente morfología extraterrestre.La perplejidad de los funcionarios policiales y del propio que suscribe vino a combinarse con una emocionada sorpresa al comprobar que, en plena metamorfosis, en el interior de su barriguilla se iluminaba tal que un semáforo en verde sobre el que contrastaba intermitente, en letras rojas, Gurb I.
Teniendo en cuenta lo insólito del caso, las autoridades judiciales de las que depende tan curioso y extraño detenido decretaron el secreto de diligencias, apresurándose a inhibirse unas en contra de otras, tratando de quitarse el muerto de encima.
El taco-jurídico, por consiguiente, es morrocotudo, pues al hallarse inculpado de estafa y soborno para la prevaricación, narcotráfico, usurpación de personalidad, utilización de hábito talar y militar, así como tráfico de indulgencias, tienen competencia en la causa la jurisdicción penal ordinaria, la castrense y la eclesiástica, si bien ésta ha declinado rápidamente entablar acciones judiciales por vía del derecho canónico con la excusa de que se trata de seglar que ni siquiera dispone de partida de nacimiento. Y así se ha lavado las manos, como Pilatos, dejándole el marrón a las otras dos jurisdicciones, que, finalmente -sospecho-, se lo acabarán haciendo comer al juez Garzón.
En la actualidad se encuentra bajo nuestra custodia en situación de preso incomunicado, aunque de nada valga la medida precautoria, dadas sus facultades telepáticas, las cuales me tienen estragado el cerebro, pues el cabrito me tiene continuamente sorbido el seso con continuas reivindicaciones carcelarias.
A su ingreso se le intervino una maleta conteniendo las siguientes prendas de vestir: sotana de vicario general castrense y uniforme de general, chaqué de embajador, togas de ahogado y juez, bata blanca de sanatorio y varios trajes de impecable corte de la casa Paramón. Del mismo modo, era portador de mariconera de cuero de Ubrique, en cuyo interior hallamos carnés del PSOE, del PP, con la efigie de conocidos políticos, además de uno de periodista y otro de embajador de la ONU. En sus bolsillos laterales llevaba tarjetas de crédito de múltiples entidades bancarias, así como cheques de viaje y gasolina, todo ello, naturalmente, falso.
También se le ha requisado un detallado diario en el que ha ido anotando minuciosamente sus innumerables mutaciones en forma de influyentes políticos, ejecutivos de la banca y del capital inmobiliario, dando fin al mismo en el preciso momento en que, como colofón a sus endiabladas fechorías, pretendía, ingenua e inexplicablemente, la personalidad del vicario castrense de esta Capitanía General.
Por todo lo anterior, en prevención de males mayores, te ruego que, con la mayor reserva -no se te ocurra publicarlo-, pongas al corriente de lo que te refiero a don Eduardo Mendoza por si se le ocurriera algo al respecto.
De momento, aquí, en Extremadura, tenemos noticias de Gurb I. Aunque, ¿qué hacer con él? Mejor sería facilitarle la fuga- . Director del Centro Penitenciario de Jóvenes de Cáceres.
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