Malabares a fin de mes
Apuros de los Bernal-Duque, matrimonio, nueve hijos y abuela, para estirar un sueldo escaso
José Bernal; su mujer, Carmen Duque, y sus nueve hijos no han salido de vacaciones este verano. Y no por falta de ganas. Los niños, el mayor de 17 años, se mueren por ir a la playa, pero la idea de pagar un apartamento en la costa es inconcebible para esta familia, vecina de una vivienda social en Palomeras, que vive de un sueldo escaso que nunca llega a fin de mes, ni siquiera al día 20. Los Bernal-Duque forman parte de las 690.000 personas que están por debajo del llamado "umbral de la pobreza" en Madrid. Disponen de menos de 20.000 pesetas por persona y mes para sobrevivir.
El sueldo de José, pintor de coches, se suele acabar el día 15 o 20 de cada mes, y el resto del tiempo lo pasan él y su mujer pidiendo crédito al banco a cuenta del próximo salario, estirando las existencias de la nevera y haciendo cábalas sobre lo que durarán los zapatos del pequeño."Antes no nos podíamos operar por la Seguridad Social, y las pastillas tampoco me iban bien, así es que los niños fueron llegando sin poderlo remediar". Así explica Carmen Duque, de 43 años, que tiene que recurrir a la ayuda de alguno de los pequeños para recordar los nombres de todos sus hijos -José, de 17 años; Rafael, de 16; Conchi, de 14; Jesús, de 13; Miguel, de 10; Carmen, de 8; David, de 6; Felipe, de 5, y Miguel Ángel, de 4- su estado de embarazo permanente desde que se casó con José Bernal, a pesar de que la situación económica del matrimonio "no aconsejaba seguir teniendo niños".
En ese momento la familia ocupaba una chabola en el barrio de Palomeras, el mismo donde ahora residen, en un piso adjudicado por el Instituto de la Vivienda de Madrid. Sus condiciones de vida han mejorado. Pueden ducharse con agua caliente y el frío y la humedad de la chabola han sido sustituidos por la calefacción central. Sin embargo, las apreturas continúan."Mi sueldo, unas 100.000 pesetas al mes, puede parecer suficiente para una familia media", dice José, "pero se queda cortísimo para alimentar, vestir y criar a nueve hijos en edad de crecer". A pesar de que los dos mayores ayudan con las pocas pesetas que consiguen en algún trabajo, el sueldo del cabeza de familia queda diezmado cuando se le restan, a principios de mes, las más de 50.000 pesetas que Carmen Duque gasta en comida.Cuento de no acabarAdemás de la cuenta del supermercado, el recibo de la vivienda, la luz, el agua y el gas se llevan otro pico importante y, antes de que se aproxime el siguiente sueldo, los últimos billetes han sucumbido en la compra de detergentes. "Entonces pedimos al banco unas 60.000 pesetas a devolver en 45 días para acabar el mes, con lo que, nada más cobrar el sueldo siguiente, tenemos que pagar la deuda, y es el cuento de nunca acabar", dice Carmen.
Los mayores apuros llegan a la hora de renovar la ropa de los niños. "Todavía debemos parte de las 180.000 pesetas que nos gastamos hace año y medio en equipar a los chicos para el invierno", recuerda José Bernal, que conoce una tienda donde les dejan pagar la ropa a plazos sin recargo, por unas 5.000 o 10.000 pesetas al mes.
El otro gran bache económico del año es el inminente mes de septiembre. Con la llegada del curso, la compra de los libros y el material escolar para los cinco hijos que acuden al colegio público del barrio se llevan, a costa de otro crédito bancario, 48.000 pesetas del deficitario presupuesto familiar. "Así ya puedo matarme a hacer horas, que nunca nos llega", concluye, resignado, el pintor Bernal.
Con el agua al cuello
La familia Bernal se puede considerar, paradójicamente, afortunada. Pese a haber traspasado el "umbral de la pobreza" (disponen de menos de 20.000 pesetas por persona y mes), su situación está considerada, en el baremo oficial, como "pobreza intermedia".Según las cifras manejadas por la Consejería de Integración, 10.000 personas pasan hambre en Madrid. Otras 160.000 personas disponen de menos de 8.000 mil pesetas por cabeza para pasar el mes, lo que les convierte en pobres extremos. En el siguiente escalón se sitúan los ciudadanos que tienen entre 8.000 y 15.000 pesetas mensuales, catalogados como pobres intermedios, y, en el segmento menos dramático de estos desfavorecidos, están los llamados pobres moderados, que pueden disponer de entre 15.000 y 20.400 pesetas por miembro familiar al mes.
Veinte mil de estas familias tienen derecho a cobrar el denominado salario social, instituido por la Consejería de Integración para paliar la situación desesperada de estos ciudadanos. El proyecto prevé la concesión de 33.000 pesetas mensuales a las personas solteras, con un suplemento de 8.000 pesetas si convive con cónyuge o pareja, 5.000 si tiene a su cargo un solo hijo y 4.000 más por cada hijo a partir del segundo. En Madrid capital están censadas 15.000 de estas familias, aunque sólo 4.000 de ellas podrán percibir esta ayuda durante el presente año por problemas de infraestructura. Humanes, Parla y Fuenlabrada encabezan, después de Madrid ciudad, el triste podio de las localidades con más pobres de la región.
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