Los aromas toreros de Frascuelo
El veterano Carlos Escolar Frascuelo destapó su particular tarro de las esencias, en la medida que le dejó la aspereza de sus enemigos, e inundó de aromas toreros la tarde. Añadió coraje de principiante, decisión y entrega máxima, siendo el único de la terna que arrancó aplausos, tanto por la belleza sin mácula de su toreo a la antigua, como por los arcanos que aplicó.Vaya por delante, en beneficio de Frascuelo y de sus compañeros de fatigas, que hubieron de enfrentarse a un encierro de una divisa hoy de spre stigi adí sima, cuyos funos parecen amamantarse de mansi-cola desde que nacen. Todo lo que se les haga tiene el mérito añadido de superar sus innatas dificultades, bien lejos de los pajunos chochones a los que se enfrentan las figuras. Con excepción del quinto, tampoco paladín de la bravura, pero sí manejable y con relativa nobleza, todos dieron la medida que, por desgracia, se esperaba de ellos.
Albaserrada / Frascuelo, Galindo, Cancela Toros del Marqués de Albaserrada, con trapío, mansos y broncos, excepto 52, noblote
Frascuelo: vuelta en los dos. Fernando Galindo: pitos; silencio. Luis Cancela: silencio en los dos. Plaza de Las Ventas, 19 de agosto. Un tercio de entrada.
Esta.tosca bronquedad, seco peligro y tornillazos poco le importaron a Frascuelo, que se lució en verónicas nada más abrirse de capa con el boyancón inicial. Éste derribó al penco con espectacularidad y el diestro aprovechó el tiempo muerto para brillar a base de chicuelinas abrochadas con una excelente media. El toro, muy reservón, medía mucho, por lo que Frascuelo sólo colocó dos de,los tres pares de rehiletes que intentó.
Su torería de corte romántico la demostró hasta en la forma sandunguera con que le andaba por la cara a su enemigo.
Bellos ayudados
Tragó mucho aguantando la descompuesta embestida y, tras encelarlo con unos bellos ayudados por bajo rodilla en tierra, le extrajo cortas series, en las que destacaron tres naturales hondos, mandones y con cante jondo, rematados con una enjundiosa trincherilla.Al cuarto lo recibió con una larga cambiada antes de pasar al toreo clásico de nuevo con el percal y llevarlo al percherón por delantales. Pero el de aúpa destrozó al bicho por traserales, picándolo en las pencas y aumentandosu defecto de derrotar. Pese a ello, Frascuelo, que con buen criterio dejó para sus subalternos el segundo tercio, lo lidió con un macheteo auténtico, rompiéndole los músculos del cuello y lo mató, como al primero, de un estoconazo hasta los gavilanes.
Su actuación conjunta no fue perfecta, lógicamente, pues acusó lo poco que torea en cantidad y número de festejos, aunque toree tanto en calidad, pero sus oxigenantes efluvios le hacen acreedor de más oportunidades.
Galindo sí acusó sus escasos festejos en el manejable quinto, al que no sometió, aunque atisbó detalles. Pero lo engorrinó con un bajonazo. El otro era carne de matadero y nada se podía hacer con él. Como le ocurrió a Cancela, también ayuno de jinda, en sus dos enemigos, a los que era imposible enjaretarles ni un muletazo, para su desesperación.
Babelia
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