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LAS VENTAS

El toreo de Pepe Luis Martín

El toreo es como lo hizo ayer en Las Ventas Pepe Luis Martín, qué quiere que le diga. No sólo cuando mandaba-templaba-ligaba naturales al tercer toro sino también cuando ensayaba diversos recursos técnicos para provocar, encelar, someter aquel toro fiero que habría traído de cabeza a la inmensa mayoría del escalafón.Lo uno y lo otro es torear. En cambio no es torear pegar pases a la buena de Dios. Sin ir más lejos, Boni, en su actuación anterior, estuvo pegando pases por allí a la buena de Dios. Su toro, noble y encastado, merecía mejor muleta, pues cuando lo fulminó de un estoconazo, rindió bravamente la vida sin que en ningún momento le hubiera intentado hacer el toreo.

Boni dio una vuelta al ruedo y en cambio Pepe Luis Martín no dio ninguna. Lo cual quiere decir, en primer lugar, que el toreo-como-es se produce tan rara vez, que a muchos espectadores les suena a raro; y en segundo lugar, que en Las Ventas ya puede dar la vuelta al ruedo cualquiera. Le basta con proponérselo, y si el público grita, por ejemplo, ¡tienes un morro que te lo pisas!, pues se hace el sordo y en paz.

Hernández / Alcalde, Boni, Martín, Rodríguez

Cuatro toros de Hernández Plá, terciados pero con trapío y casta; 42 de Martínez Benavides, grande y bravo; 5º de Peñajara, bien presentado de escaso juego. Paco Alcalde: pinchazo hondo tendido y estocada corta tendida caída (silencio); pinchazo y estocada corta baja (bronca). Boni: estocada y rueda de peones (vuelta con protestas); pinchazo y estocada corta (silencio). Pepe Luis Martín: estocada tendida trasera, rueda de peones y descabello (larga ovación y salida al tercio); pinchazo y media (silencio). Un toro de Alcurrucén para rejoneo, afeitado, grande y manejable. Juan José Rodríguez: con el rejón de muerte, cinco pinchazos, rejonazo trasero bajo y rueda de peones; mata el sobrasaliente, Pedro Luis Heredia, de pinchazo, media baja, estocada corta y siete descabellos (silencio para el rejoneador y protestas para el sobresaliente).Plaza de Las Ventas, 15 de agosto. Tres cuartos de entrada.

El ruedo era paseable ayer por diversos motivos. Uno, el mencionado; otro, que al acabar la función dieron concurso de chulapos y manolas, bailongo al compás del chotis interpretado por una estupenda banda de San Martín de la Vega y, quien quiso, pudo bajar allá y darse el gusto de pisar por donde los maestros en tauromaquia han escrito sus páginas toreras más bellas. El ruedo de Las Ventas es muy democrático. Primero lo paseó la banda, que interpretó las más escogidas piezas de su variado repertorio. Después, un rejoneador jovencísimo, cuya inexperiencia puso a merced del toro las jacas, y prendió algún buen par de banderillas. Luego Paco Alcalde, que no tenía la tarde para líos y pasaportó su lote sin mayores miramientos.

A renglón. seguido fue lo de Boni y un renglón más abajo lo de Pepe Luis Martín. Ambos tuvieron unos segundos toros deslucidos y estuvieron voluntariosos, pero en los encastados fue donde dieron su medida. Aquellas dos tandas de naturales y aquella trincherilla que ejecutó Pepe Luis Martín cargando la suerte en toda su pureza, llevaban la marca del toreo bueno, qué quiere que le diga. Y todo ello, no con el borrego habitual (el que sirve, según se dice ahora utilizando la jerga de los banderilleros malos), sino con el toro de casta brava, el de toda la vida, el que impone respeto con sólo mirar -no digamos con sólo embestir-, el que da sentido y emoción a la lidia. Los de Hernández Plá fueron así y por eso propiciaron una interesante tarde a los aficionados, además de dar oportunidad a un torero para que explayara, tal como es, la esencia del toreo bueno.

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