"Hay que estabilizar Armenia"
Ter-Petrosián, de 45 años, reúne en su persona a diferentes culturas: nació en la ciudad siria de Alepo, estudió en Ereván, la capital armenia, y se doctoré en la ciudad rusa de Leningrado. Orientalista, doctor en Filología, sabe 10 idiomas y ha enseñado patrística siria y literatura religiosa armenia en el seminario de Echmiadzín.
Miembro del Comité Karabaj -movimiento que se pronuncia por la reunificación con Armenia de la provincia autónoma de Nagorni Karabaj, que pertenece a Azerbaiyán aunque el 80% de la población son armenios-, TerPetrosián es un nacionalista sensato sobre quien reposan esperanzas reales de solucionar el conflicto interétnico que hace ya más de dos años desestabiliza la situación en la Transcaucasia.
Armenia enfrenta, además de las tareas comunes a las otras repúblicas, problemas específicos, explica Ter-Petrosián: el del enclave de Nagorni Karabaj, las consecuencias del terremoto de 1988 y el problema de los refugiados que huyeron de Azerbaiyán. "Pero no solucionaremos ningún problema si no estabilizamos la situación en Armenia. La estabilización político-social de la república es la principal tarea que tiene el nuevo Gobierno", sostiene.
Y estabilizar la situación significa encontrar una salida al problema de las formaciones paramilitares, tarea para la cual el nuevo presidente del Parlamento ha obtenido una prórroga de dos meses por parte del Kremlin.
"La mayoría de los miembros de los destacamentos armados es gente consciente, que ingresará en un futuro próximo en Jas estructuras de las fuerzas del orden público, y con su ayuda nosotros combatiremos a los elementos criminales. La policía, si es apoyada por el pueblo, incluso hoy día ya puede cumplir la tarea de desarmar a quien haya que desarmar.
Pero si logramos que las fuerzas sanas de los destacamentos se integren en la policía, entonces habremos resuelto todos los problemas y, además, sanearemos a la propia policía", declara TerPetrosián a EL PAÍS.
El KGB sabía, según el líder armenio, que las cifras de 160.000 personas armadas que se daban no correspondían a la realidad. "Son unos 5.000 o 6.000. Si el KGB no desmintió las cifras abultadas es porque el centro también juega su propio juego.
"Cuando se formaron las bandas", añade, "el centro no hizo nada para impedirlo, seguramente porque pensaba utilizarlas de alguna manera. Y lo hizo. Incluso recurrieron a provocaciones para que nosotros no llegáramos al poder, y sobre esto hemos hablado aquí en Moscú con los dirigentes".
Lo que más impone a Ter-Petrosián del líder soviético Mijail Gorbachov es su realismo. "Hicieron todo lo posible para impedir que llegáramos al poder, pero ya que de todas maneras lo conseguimos, entonces Gorbachov resolvió que hay que trabajar con nosotros y nos llamó".
El "proceso de renovación" puede estar amenazado, según Ter-Petrosián, por el Ejército, "pues es el único departamento en el que la perestroika se ha atrasado". El líder armenio no se entrevistó en Moscú con el ministro de Defensa, Dmitri Yázov, pero está en contacto con los jefes militares locales y, por el momento, ha conseguido mantenerlos a raya.
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