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Las compañías eléctricas aprovechan la crisis del petróleo para defender la energía nuclear

Miguel Ángel Noceda

La crisis originada por el conflicto del Golfo ha comenzado a ser aprovechada en España por los partidarios de la energía nuclear, principalmente las empresas eléctricas, para defenderla como alternativa al petróleo. El aumento de los precios de los derivados del petróleo y su dependencia del exterior se han convertido en las armas arrojadizas con las que buscan que la Administración se incline por la incorporación de nuevas centrales nucleares en concreto, Valdecaballeros en el nuevo Plan Energético Nacional (PEN), cuya aprobación está prevista para la última parte de este año.

Las repercusiones que ha tenido la invasión de Kuwait por Irak en el entorno económico mundial como consecuencia del aumento de los precios del crudo parece controlada en los mercados. El precio del barril de brent (petróleo del mar del Norte) se ha estabilizado en los 25 dólares despejándose, de momento, la posibilidad de adoptar medidas drásticas. Sin embargo, a medida que han ido desapareciendo los fantasmas, han empezado a surgir sectores que quieren aprovechar la coyuntura.En España, concretamente, el mal ha venido bien para el sector eléctrico, cuyos responsables, a pesar de haber recibido la crisis de vacaciones, no han tardado en recordar sus postulados sobre el futuro energético y reabrir la polémica sobre la energía nuclear sobre la que un sector del PSOE se mostró radicalmente contrario en la primera mitad del año. Las eléctricas llevan todo el año presionando para que el Gobierno incluya nuevas centrales nucleares en el Plan Energético Nacional (PEN) como una de las fuentes de las que para cubrir los 8.000 megavatios de potencia que necesita el parque eléctrico.

De hecho, la asociación empresarial Unesa, un verdadero lobby del sector, ha elaborado un documento en el que argumenta la necesidad de poner en marcha los dos grupos de la central nuclear extremeña de Valdecaballeros. Esta nuclear podría generar 2.000 megavatios, más o menos la cuarta parte de lo que precisa España para el año 1995. El resto, según Unesa, provendría de energía importada, fuelóleo y alarlagamiento de la vida de algunas de las centrales térmicas.Para Unesa, la energía nuclear presenta las ventajas de ser más barata y de tener garantizado el suministro "por no depender del exterior", según una fuente autorizada del sector. No obstante, la energía nuclear sólo puede competir con el petróleo en la generación eléctrica, en el que, precisamente, los estudios del Ministerio de Industria únicamente prevén que el fuelóleo -utilizado en centrales térmicas- pueda alcanzar hasta el 15% del total de generación. Esto significa, no obstante, un aumento considerable sobre el 3% de los últimos años. Por el contrario, para la nuclear se prevé una participación que ronde el 35%.

En otros sectores, como el transporte y algunas industrias, la energía nuclear no se presenta como alternativa del petróleo. A pesar de ello, la intervención de este tipo de energía en el tren de alta velocidad (TAV) sí se convierte en alternativa a los combustibles de automoción de tierra y aire.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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