Ladrones en Francia

Leo en el diario del pasado 4 de agosto la carta titulada Ladrones en España, firmada por Dorte Stig.Respecto del citado artículo, deseó hacer alguna puntualización a la vez que una mayor aportación de datos. Se comprende el enfado y la indignación de la citada señorita. Dos robos en 24 horas no es para menos.De acuerdo con usted en que estos hechos dicen poco de un país y que "las policías" deberían hacer un mayor esfuerzo para evitar que esto suceda con tanta frecuencia.

Digo "las policías" porque actos delictivos de esta naturaleza no sólo se producen en España, como usted parece dar a entender en su artículo. También estas cosas suceden en otros países de Europa, aunque, por supuesto, en modo alguno esto nos deba servir de consuelo.

De Francia, que también es Europa, he regresado hace unos días con mi familia, y en la localidad de Montpellier hemos visto desvalijado nuestro vehículo.

También allí, como usted dice, un turista equivale a un robo fácil. Aunque, a decir verdad, los ladrones no distinguen entre aborígenes o turistas a la hora de dar el palanquetazo o romper el cristal de todo vehículo que entre las dos y las cinco de la tarde (a esa hora no hay gendarmes) aparca en las inmediaciones de un lugar de interés turístico.

Tampoco allí, a la hora de presentar denuncia, la gendarmería francesa te da esperanzas de ningún tipo. Te toman declaración, se lamentan del hecho y confirman que esto sucede con mucha frecuencia.

Hemos podido constatar que la frecuencia es ciertamente alta, ya que posteriormente, en localidades como Nimes, Arlés o Toulouse, hemos sido testigos presenciales de sucesivos robos perpetrados con absoluta impunidad.

Como ve usted, aunque no nos consuele, "en todos los sitios cuecen habas".-

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